El futuro de Samca no es nada negro. Aunque esta misma semana ha dicho adiós de forma repentina a la minería de carbón, su actividad primigenia, esta empresa aragonesa tiene ante sí un presente y un futuro esplendorosos gracias a otros muchos negocios en los que se ha embarcado en los últimos 30 años. La despedida aún así es amarga, sobre todo desde el punto de vista emocional y en un 2019 en el que cumple 100 años de historia. Pero la compañía lleva un largo tiempo preparándose para este momento. Con los réditos logrados con este mineral, el lignito, el empresario turolense Ángel Luengo Martínez (La Hoz de la Vieja, 1928) y sus hijos han levantado un diversificado y pujante imperio empresarial, con abundantes líneas de actividad que pivotan sobre sectores como la minería, las renovables, los plásticos, la agroalimentación o la agroquímica, entre otros. Todo este conglomerado, que crece año a año, suma una facturación anual de 900 millones de euros y da empleo directo a aproximadamente 3.700 trabajadores.

Aunque algo desconocido por el gran público, este grupo industrial cuenta con una posición de liderazgo en todos los sectores en los que está presente y vertebra la economía aragonesa, donde se ubica la mayor parte de sus negocios. Un caso de éxito digno de estudio. Y más si se tiene en cuenta su capacidad para reflotar negocios en crisis, como ha demostrado en múltiples operaciones de compra. La buena gestión, la anticipación y la constante inversión en innovación conforman los secretos de su pujanza. Eso, y la discreción, santo y seña de la casa.

Luengo ha sabido así desarrollar con éxito su particular reconversión minera, al contrario de lo ocurrido en las cuencas carboníferas de España, pese a los ingentes fondos públicos invertidos. En los últimos años, cuando el sector del carbón daba sus últimos coletazos, ha representado además un oasis en un sector plagado de despidos colectivos y quiebras. Samca ha mantenido el vigor hasta en los peores años, gracias a la tecnificación y planificación de sus explotaciones y una fortaleza financiera tejida en los tiempos de vacas gordas.

HISTORIA CENTENARIA

El origen de la compañía se remonta a principios del siglo XX. El 26 de noviembre de 1919 se constituyó la Sociedad Anónima Minera Catalano-Aragonesa, acrónimo de Samca, con el objeto social de explotar los carbones de Teruel. En 1972, en los años de las crisis del petróleo, fue comprada por Ángel Luengo en su firme apuesta por el carbón, ámbito en el que inició su trayectoria empresarial a finales de los años 40. Con tan solo 18 años, este industrial turolense comenzó a explotar una mina arrendada en Oliete.

La adquisición de Samca fue definitoria en la vida empresarial de Luengo, ya que poco después se mostraría idónea al entrar en funcionamiento en los albores de los años 80 la térmica de Andorra, cuyo primer grupo se acoplaba a la red en 1979. Debido a las necesidades de suministro de esta central, la empresa abrió poco después una explotación a cielo abierto en Ariño, epicentro de sus operaciones, dado que las primeras minas eran subterráneas.

La década de los 80 marca una inicial diversificación del grupo hacia la minería metálica, que enseguida dio paso a la minería no energética centrada en materiales como el sulfato sódico, arcillas o sepiolita. Es entonces cuando nacen empresas como MYTA, que tiene su origen en 1986 y es líder en arcillas absorbentes con aplicaciones en animales e industrias. Sus productos para gatos pueden verse en supermercados como Mercadona o Dia.

A finales de los 90, el grupo amplía su actividad hacia las hilaturas y la química plástica, con ejemplos industriales como la oscense Brilen, que produce hilo de poliéster de alta tenacidad en Barbastro, en un complejo industrial donde se encuentra Novapet, también de su propiedad y que fabrica resina de PET, parte de la cual se transforma en preformas y envases para la industria alimentaria. Destaca asimismo Nurel, en Zaragoza, dedicada a la producción de nylon y polímeros plásticos, parte de los cuales son biodegradables.

También en los 90, Samca potencia sus actividades energéticas, con la construcción de plantas de cogeneración asociadas a sus fábricas químicas e industriales y, posteriormente, en las renovables. Comenzó a desarrollar proyectos eólicos en 1995 y es hoy un destacado productor independiente. Dispone, a través de Molinos del Ebro y Molinos del Jalón, de parques de viento con una potencia total de 250 MW. A finales del 2010, construyó dos termosolares en Badajoz -a través de Renovables Samca- que suman 100 MW. Actualmente, promueve nuevos desarrollos eólicos y fotovoltaicos.

50 PATENTES EN 10 AÑOS

A partir del germen de compañías como Brilen o Nurel, el grupo ha desarrollado numerosas líneas de negocio, evolucionando de actividades industriales tradicionales a otras más novedosas mediante una ingente tarea de I+D+i y la incorporación de nuevas tecnologías. Con ello, ha obtenido producciones con base técnica en la nanotecnología. Cerca de 40 personas están adscritas a su área de innovación, que ha logrado en los últimos diez años más de 50 patentes.

Samca tiene igualmente un importante peso en minería no energética y su transformación, con una decena de centros que emplean a más de 500 personas en Aragón, Castilla y León y Castilla-La Mancha. El grupo posee una larga tradición en la producción de materias primas para la industria cerámica, con instalaciones en Ariño, Viterbo (Italia) u Onda (Castellón), y empresas como Minera de Santa Marta, Euroarce o la mencionada MYTA. En el campo cerámico, es constante su actividad en nuevos materiales a través de firmas como la castellonense Color Esmalt, Gres Aragón o Cerámica Añón, entre otras.

PRODUCCIÓN DE FRUTA

La agroalimentación es también estratégica para Samca, con empresas centradas en la producción de fruta (Frutaría, con 9.500 hectáreas en explotación y 350 variedades), aceite de oliva (Agrinarsa), cremogenados naturales de fruta (Infrusesa), ultracongelados y braseados de verdura (SAAR), lácteos (Tauste Ganadera y Delifactory) o productos cárnicos (Pirenaica del Jamón). Lo mismo puede decirse de la agroquímica, con exponentes como la inversión en leonarditas y carbones con alto contenido húmico para producir fertilizantes (Forgasa, de reciente creación y que pronto levantará una fábrica en Ariño) o Agrovital, para productos de control de plagas y agricultura ecológica.

En promoción y patrimonio, destacan Ebrosa, promotora de viviendas y locales con más de 50 años de trayectoria en Zaragoza y Madrid, y Reina, especializada en conjuntos residenciales en zonas estratégicas de Mallorca. Y en infraestructura y logística, cuenta con la Terminal Intermodal de Monzón. Al margen de los negocios, es ineludible la vertiente social de Samca desarrollada con su fundación, centrada en dar apoyo a las zonas donde está presente y entidades sociales e impulsar la actividad docente e investigadora, sobre todo de la Universidad de Zaragoza.

Todo este despliegue ha convertido a Luengo en la segunda fortuna de Aragón y la numero 37 de España. A pesar de la notoriedad y buena marcha de sus negocios, el empresario ha hecho gala siempre de su discreción y una vida que huye de los lujos y el foco mediático. A sus 90 años, se mantiene activo. Acude a diario a las oficinas de Samca en Zaragoza y cada año se acerca a Ariño a celebrar Santa Bárbara, patrón de los mineros. El legado de Samca suma y sigue.