El número de casos diarios que está registrando Aragón es preocupante. Eso no lo discute nadie. Pero desde el mundo sanitario se insiste en la situación no es la misma que en primavera. Aunque, eso sí, las cifras de la pandemia son cambiantes y podrían hacer que todo se desbocara de nuevo.

Desde el Colegio de Médicos de Zaragoza refrendan esta postura. Su presidenta, Concepción Ferrer, asume como «buena» la gestión que se está realizando hasta el momento de los repuntes, pues, indica, «el sistema de rastreo es eficaz» y el diagnóstico de los positivos se hace «rápido». La brecha del sistema actual está en el aislamiento de los casos sospechosos, opina Ferrer: «habría que insistir más en que las personas que están pendientes de recibir un resultado se queden en casa».

Sobre la posibilidad de retrasar las vacaciones, Ferrer cuenta que existe disponibilidad por parte de muchos profesionales, pero que el problema vendría entonces en otoño. «Si empezamos a pensar ya en que puede que haya que retrasar los días de descanso, en octubre y noviembre el personal estará agotado. Puede ser muy complicado», esgrime.

Desde otro colectivo, el de los enfermeros, lamentan el déficit existente en su campo, aunque apuntan que esto no es algo nuevo: «Todos los veranos la situación es la misma. El número de enfermeros que sale de las facultades aragonesas no da para cubrir las bajas y las vacaciones estivales. Otros años se recurría a personas de comunidades limítrofes o de Andalucía, pero este año todos los sistemas sanitarios del país han hecho esfuerzos en la contratación y apenas hay gente a la que llamar», explican desde el Colegio Oficial de Enfermería. Es más, subrayan, este año les han llegado ofertas de empleo de otras comunidades, como Cantabria o Baleares. «Eso antes era impensable», explican.

El sindicato CSIF señala otro elemento de la ecuación que hace que el incremento de casos actual no esté, de momento, suponiendo un problema grave para el sistema sanitario: la existencia de material. Desde la organización sindical apuntan que tienen constancia de que existen protecciones suficientes para llegar hasta septiembre. Conocen también que entre agosto y ese mismo mes llegarán nuevos cargamentos.

«El aumento progresivo de casos desde que finalizó el estado de alarma es muy preocupante, pero los centros están tomando las medidas necesarias para reorganizar plantas y servicios», explican.

El problema, de nuevo, es la falta de personal, sobre todo de enfermeros y de especialistas. «La situación es grave», advierten. Queda ver como evoluciona