La visita de la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, a Andorra no ha logrado calmar los ánimos en las cuencas mineras. Aunque valoraron que «diera la cara» ante los vecinos, los agentes sociales tildaron de «decepcionante» e incluso de «tomadura de pelo» el encuentro del miércoles durante una comisión especial celebrada ayer en las Cortes de Aragón. Tanto los sindicatos como los representantes empresariales de la zona lamentaron la falta de concreción de la ministra, que, en su opinión, viajó a Andorra sin «alternativas reales» al cierre de la central térmica, de la que dependen 600 trabajadores directos y otros 3.000 indirectos.

Decenas de trabajadores de la térmica y de las minas visibilizaron ese malestar a primera hora de la tarde de ayer en la entrada de las Cortes, hasta donde llegó un autobús fletado desde Andorra coincidiendo con la celebración de la comisión.

«No se puede venir a no decir nada; tenemos la sensación de que vino a darnos la extremaunción», aseveró ayer el presidente de Cepyme Teruel, Juan Ciércoles, durante la comisión celebrada en las Cortes para analizar la transición energética en las cuencas mineras. La de ayer era la segunda sesión de esta comisión especial, después de que el pasado 17 de enero los alcaldes de la zona reclamaran un plan de reconversión industrial que garantice el futuro de la provincia.

Los intervinientes ayer en la comisión insistieron en que ya es momento de hablar de presente y dejar de hablar de promesas y propuestas de futuro. En este sentido, el secretario general de CCOO Andorra, Antonio Jiménez, fue un poco más allá y subrayó que la ministra «tiene las cosas muy poco claras y la cara muy dura». «Su visita fue una tomadura de pelo a toda la comarca», apuntó el secretario general de UGT en Teruel, Alejo Galve.

En este mismo sentido se manifestó el presidente de la Asociación Empresarial de Andorra Sierra de Arcos, Roberto Miguel, que calificó de «decepcionante» la visita de Ribera. «Todos los tiempos verbales que utilizó eran en futuro; ¿cuándo vamos a empezar a hablar de presente?», se preguntó Miguel, que participó en la sesión de tarde de la comisión junto a Hilario Mombiela, del comité de empresa de la térmica, Nicolás Bespín, de la Plataforma de las Subcontratas, y José Fernando Murria, de la Comunidad Regantes del Guadalope.

Los alcaldes de las cuencas mineras no comparecieron ayer, pero se manifestaron en la misma línea. «Valoramos su valentía, pero esperábamos más concreción en las medidas», insistió el alcalde de Ariño, Joaquín Noé, que pidió a la ministra «más contundencia con Endesa».

Respecto al anuncio de Ribera de crear en Andorra el primer convenio de transición justa que se elaboraría en España siguiendo un modelo aplicado en Francia, Noé reconoció no saber muy bien «en que consistirá». «Nos quedamos con la posible implantación de esos cinco proyectos empresariales que podrían crear un mínimo de 500 empleos según nos dijo Lambán», subrayó.

AUTOCRÍTICA

Durante la sesión de la mañana, en la que también participaron Carlos Torre, de CEOE, y Antonio Santa Isabel, del Consejo Aragonés de Cámaras, la mayoría de los agentes sociales hicieron autocrítica respecto al proceso de reindustrialización realizado hasta ahora en la comarca, pero instaron a mirar al futuro. Así, nombraron algunos de los proyectos que han ido surgiendo estas últimas semanas para atraer empresas, como la elevación de aguas, la construcción de la A-68 Zaragoza Alcañiz o el aprovechamiento del ramal ferroviario de la térmica.

Por otra parte, insistieron en alargar la vida de la térmica (algo que la ministra no contempla), mientras que Torre abogó por crear una «oficina comarcal» que coordine esa transición «al margen de avatares políticos».