Sofía Ciércoles, alcaldesa de Andorra por Izquierda Unida, ha sido víctima de reiteradas amenazas de muerte que están bajo investigación. Estos últimos días, en fechas próximas, han aparecido cuatro pintadas en dos lugares distintos de la localidad. «En cuanto me enteré de las amenazas acudí a la Guardia Civil para denunciarlas, en las dos ocasiones», aseguró ayer la regidora a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN.

Pese a ello, subrayó, su vida no ha experimentado ningún cambio. Hace lo mismo de siempre. «Todo sigue igual», declaró. «Me comporto igual y mi vida cotidiana no se ha visto afectada, ya que voy al ayuntamiento como siempre, salgo con mis hijos y voy de compras, exactamente como hasta ahora», explicó.

«No sé quién puede ser el autor y tampoco puedo precisar si están relacionadas con mi cargo», afirmó la regidora. «No sé qué están buscando con esto, ya dije que no me presentaba a las elecciones», añadió Ciércoles, que lleva dos legislaturas al frente del consistorio andorrano.

Se trata, manifestó, de una acción que «no tiene justificación». «Uno puede acertar o no acertar en su actividad política, pero con estas amenazas, quien sea, se pone al margen de las reglas políticas y comete un grave delito», agregó la alcaldesa.

EL CASO DE ASTURIAS

Sofía Ciércoles indicó que no teme por ella ni por su familia (está casada y tiene dos hijos). Sin embargo, no olvida que no hace mucho apareció asesinado un concejal de IU en Llanes (Asturias) y una alcaldesa de la misma formación y la misma comunidad ha sido amenazada de muerte.

Ella querría relativizar el alcance de las amenazas, pero no respirará tranquila hasta que la investigación que desarrolla la Benemérita dé resultados y se perfile la autoría del hecho. Ciércoles sabe por experiencia que la actividad política genera descontentos, «vecinos a los que se prohíben obras o decisiones que pueden tener un efecto negativo en determinados sectores».

CRÍTICAS EN FACEBOOK

De hecho, indicó, no es la primera vez que se enfrenta a críticas desaforadas, sobre todo en Facebook, todas ellas relacionadas con su actividad política, por lo que descarta que ahora los tiros puedan venir del campo meramente personal.

Con todo, no se atreve a hacer conjeturas. «No sé qué están buscando con todo esto, la verdad», dijo, extrañada de la virulencia del ataque del que es objeto en las paredes de Andorra.