Todos los trabajadores y responsables de La Torre Outlet llevaban meses esperando este día pero, finalmente, la apertura de este centro llegó en el peor momento posible en Aragón. A pesar de las nuevas medidas de seguridad implantadas hace un día, del gran aumento de casos positivos por coronavirus en la comunidad en las últimas 24 horas y del miedo generado en la población a la situación actual, fueron muchos los zaragozanos que se acercaron a la antigua fábrica de Pikolín a echar un ojo y a aprovechar los descuentos iniciales.

Decir que solo fueron zaragozanos no es una invención si todo el mundo cumplió las nuevas normas que dejan confinadas perimetralmente a las tres capitales de provincia aragonesas. Por tanto, solo aquellas personas que residen en Zaragoza y en sus correspondientes barrios pudieron el jueves por la mañana acercarse a este nuevo centro comercial.

Esto fue lo que movió a más de uno a hacer fila incluso tres cuartos de hora antes de la apertura de La Torre Outlet. Dixia fue la afortunada número uno en acceder a estas instalaciones y aseguró que lo había hecho pensando que «no habría mucha gente» y para «aprovechar buenos descuentos» en su primer día de vida. «Queríamos venir porque al ser el primer día y entre semana, pensamos que la gente no acudiría a primera hora y además, había que hacerlo antes de que nos confinen si es que eso ocurre», contó.

Tal y como se informó unos días antes de la apertura, las medidas de seguridad se iban a cumplir en todo momento y es por este motivo por el que los geles hidroalcohólicos estaban dispuestos en todas las esquinas a lo largo del recorrido de las calles de este centro al aire libre. La mascota de la entidad, una graciosa bolsa llena de descuentos, era la encargada de que tanto en la fila como en el interior se respetaran las distancias de seguridad de 1,5 metros.

Charo y Roberto decidieron pasar uno de sus días de vacaciones en La Torre Outlet «porque cuando haya nuevas restricciones va a ser mucho más complicado venir tranquilamente debido a que el lunes el aforo pasa al 25%», explicaron. Otro incentivo para pasar la mañana aquí fue que «no puede venir gente de otros sitios», lo que generó que hubiera «menos gente de la esperada».

Ya en el interior, y después de una copa de champán de bienvenida, los curiosos aprovechaban la terraza de Nespresso para tomarse un café antes de comenzar con las compras y los impacientes entraban de una tienda a otra viendo los descuentos que en cada una de ellas había. Mango, Desigual, Izas, Hugo Boss y Home And Cook, entre otras, iban recibiendo gente y controlando que se cumpliera con el aforo actual establecido, un 50%.

Tomás se vio arrastrado por su hija Naroa a la apertura, pero aseguró que decidieron acudir hoy_(por ayer) debido a que creen que el fin de semana «será imposible venir de la gente que habrá». A pesar de esto, Tomás comentó que esperaba que «hubiera más gente» de la que había en esos momentos.

Desde hace meses que en las calles se pueden ver carteles del gran centro comercial que Zaragoza iba a abrir y tanto anuncio llamó la atención de Rocío y María, que ayer quisieron «disfrutar un poco antes de que nos cierren del todo y evitamos de esta manera el fin de semana donde habrá más aglomeraciones».

A medida que pasaron las horas, el párking cercano a las instalaciones del outlet se fue llenando y poco a poco los primeros en llegar fueron dejando paso a los más tardanos, que tampoco quisieron perderse este día. Un día donde las críticas a esta apertura no tardaron en llegar en redes sociales por parte de la ciudadanía, los pequeños comercios y la hostelería debido a la «irresponsabilidad» que suponía que cientos de personas se hubieran reunido ayer ahí en una semana donde las ucis empiezan a estar saturadas y los casos no dejan de subir. Fue el primer día, algo triste, de Torre Outlet