En los despachos de la Alcaldía de Zaragoza y en la consejería de Obras Públicas de la DGA se van recibiendo desde hace meses, e incluso años, estudios y ofertas de empresas relacionadas con la ingeniería y con el transporte urbano interesadas en poner en marcha un tranvía, un metro o una red de maxiautobuses en la capital aragonesa.

Tras los últimos proyectos cerrados en Andalucía Cataluña y el parón del trasvase, las constructoras y las empresas tuneladoras buscan nuevos trabajos de envergadura, y el proyecto de Zaragoza puede mover mucho dinero. El tranvía supondría una inversión de unos 150 millones de euros, pero en el caso de que se optara por un metro de carácter subterráneo, las cifras podrían ascender hasta límites muy superiores.

Uno de los proyectos presentados, defendido por la empresa zaragozana Hispano Carrocera, pretende complementar al metro ligero y se presenta como una variante del autobús urbano, pero con mucha más capacidad.

Este vehículo --que en algunos países sudamericanos como Venezuela o Ecuador funciona como un trolebús eléctrico-- consta de tres vagones y tiene una longitud de 25 metros. Sus promotores aseguran que resulta económico y transporta a gran cantidad de viajeros, unos 170 por autobús. Su longitud no le permitiría maniobrar por calles pequeñas, pero sería viable en líneas circulares por los cinturones.