La Audiencia de Zaragoza ha condenado a Nayrobi Balbuena Minaya a tres años de cárcel y a una multa de 4.000 euros por un delito de tráfico de drogas. La acusada, que compareció en el juicio junto con otras cinco personas de nacionalidad dominicana que han sido absueltas de tráfico de drogas y de pertenencia a grupo criminal, arrojó por la ventana de su casa un envoltorio que contenía 48,6 gramos de cocaína con una pureza superior al 67%, según recoge la resolución judicial.

Esa acción, que le ha costado una sentencia condenatoria, fue observada por los agentes de la Policía Nacional que en ese momento, el 24 de octubre del 2018, estaban registrando su piso, situado en la calle Roger de Flor, en Zaragoza. La sustancia, que fue recuperada por los investigadores, "estaba destinada, al menos en parte, a la venta a terceros", concluye la sala.

Además, en el mismo registro, fueron hallados un rollo de alambre verde, una bolsa con recortes de plástico y cafeína y cogollos de cannabis con un peso de de 22,46 gramos. Según declaraciones de los policías que comparecieron como testigos en la vista oral, celebrada el pasado 30 de enero, esas sustancias se distribuían desde una serie de pisos ubicados en cinco puntos distintos de la capital aragonesa.

Todos los absueltos, cuatro hombres y una mujer, fueron defendidos por la letrada Carmen Sánchez Herrero. El tribunal, la Sección Tercera, establece en el fallo que no se ha acreditado que realizaran actos de tráfico de sustancias tóxicas y añade que las cantidades que les fueron intervenidas (apenas unos gramos) son "insignificantes" y no pueden considerarse destinadas al tráfico.

Por su parte, Nayrobi Balbuena, al igual que el resto de acusados, ha sido absuelta del delito de pertenencia a grupo criminal. El argumento de los magistrados es que los acusados "se conocían por razones de parentesco o amistad entre alguno de ellos, pero en ningún caso se ha probado la formación de un grupo cohonestado para la comisión de delitos contra la salud pública". Asimismo, señalan que de las escuchas telefónicas a las que fueron sometidos los sospechosos no se desprende la existencia de una banda organizada con la finalidad de delinquir, "ni siquiera de manera transitoria".