Los forenses del Instituto Toxicológico de Estambul encargados de realizar pruebas de ADN a 41 familias de las víctimas del Yak-42 han confirmado tras cotejar los códigos genéticos de los fallecidos con el de los allegados que sí se produjeron errores en las identificaciones de los militares muertos en el accidente.

Fuentes del centro especializado explicaron a EL PERIODICO DE ARAGON que aunque es pronto para revelar las conclusiones finales de los exámenes y el número exacto de fallos, pueden asegurar que algunos cuerpos no se reconocieron correctamente.

"Hemos finalizado los cotejos, pero aún no hemos concluido el trabajo. Eso sí, ya hemos constatado que el equipo médico español se equivocó en algunos casos, a pesar de que otros cuerpos que hemos tratado sí se reconocieron bien", apuntaron dichas fuentes. Este dato corrobora las sospechas de los expertos, que el pasado 18 de mayo manifestaron a este diario que el riesgo de errores era "muy alto".

Una vez que los forenses hayan terminado su investigación, redactarán los informes individuales, para lo que necesitan entre dos y tres días. Probablemente, los resultados se enviarán a la Fiscalía de Ma§ka (Turquía), encargada del caso, a lo largo de esta semana.

Pero antes de dar ese paso, los especialistas se están enfrentando a una de las partes más complicadas de su labor: lograr la correcta atribución de los fallecidos a cada familia. "Queremos que todos conozcan los números exactos que les corresponden. Llevamos trabajando de forma exclusiva con este asunto desde que vinieron los familiares a Estambul y estamos cumpliendo con nuestra función lo mejor que podemos. Insistimos en que no hemos recibido presiones para alterar los resultados o para retrasarlos", agregaron.

Sin embargo, los miembros del Instituto Toxicológico de Estambul dejaron claro que la demora en la realización de los test se ha debido a que las pruebas practicadas a hermanos y hermanas son mucho más complejas: "Si sólo hubiéramos contado con las muestras de los padres y las madres, todo habría sido más sencillo y mucho más rápido. Ya lo advertimos, pero no nos escucharon. Nos han surgido algunas complicaciones por este hecho".

El pasado 17 de mayo, 37 allegados de 30 víctimas se desplazaron hasta Turquía para ceder muestras de su sangre con el objetivo de compararlas con los 87 extractos de tejidos, huesos y dientes que posee el instituto --incluidos los pertenecientes a los 13 tripulantes y a restos humanos sin identificar, de los cuales algunos se hallaron dos meses después del siniestro--. A estas muestras se añaden otras 11 que fueron enviadas desde Madrid a Turquía por valija diplomática, como recomendó el anterior equipo de Defensa en repetidas ocasiones.

SOLIDARIDAD CON LOS AFECTADOS Desde que estas familias se desplazaron a Estambul, los forenses del Instituto Toxicológico de dicha ciudad han mostrado su solidaridad con los afectados. Algunos de los especialistas turcos que colaboraron en los trabajos de identificación revelaron recientemente a este periódico que treinta de los cuerpos estaban "calcinados e irreconocibles" por la explosión, por lo que recomendaron encarecidamente al jefe del equipo médico español, el general de división Vicente C. Navarro, la realización de pruebas de ADN.

"Le dijimos que las familias acabarían viniendo a Turquía para comprobar si los restos que les entregaron pertenecían a sus seres queridos. Y así sucedió. Incluso le propusimos practicar los test aquí --en Estambul--, pero rehusaron nuestro ofrecimiento", concluyeron.