Trece días después de que Zaragoza sufriera un fenómeno meterológico conocido como «vórtice de rachas» que provocó la caída de más de 300 árboles y la inundación de equipamientos públicos y sótanos, el Ayuntamiento de Zaragoza sigue sin tener contabilizado el coste de todos los daños.

El consejero municipal de Servicios Públicos y Personal, Alberto Cubero, así lo reconoció durante una comisión sobre la gestión de su departamento, celebrada ayer en la casa consistorial. El a su vez presidente de la comisión de emergencias fue interpelado por PP, PSOE y Cs, quienes reconocieron que fue una situación «excepcional», si bien mostraron sus críticas por cómo se han administrado las consecuencias de esta tormenta.

Cubero quiso remarcar que fue un fenómeno «imprevisible» y con «una fuerza desmesurada». «Las consecuencias fueron lógicas y se hubieran producido aquí, en Madrid y en Kuala Lumpur», apostilló. De hecho, incidió en que el protocolo de coordinación entre Protección Civil, Bomberos, Policía Local y Brigadas de Parques y Jardines «funcionó bien».

ALCANTARILLADO

Durante su breve comparecencia restó importancia ante la caída de más de 300 árboles, ya que los comparó con los más de 160.000 existentes en la ciudad. Asimismo, aseguró que el sistema de alcantarillado «funcionó bien», salvo en las zonas en las que el viento arrancó las hojas de los árboles que fueron a parar a los desagües que se colpasaron con las precipitaciones en forma de lluvia. La acumulación fue de hasta 17 litros por metro cuadrado en solo los diez minutos que duró la tormenta.

Unas expliaciones que no dejaron satisfechos a los concejales Sebastián Contín (PP), Marta Aparicio (PSOE) y Sara Fernández (Cs), si bien todos ellos admitieron que el edil no era el culpable de un fenómeno meteorológico por «extraordinario».

Desde la bancada popular se reprochó que el alcalde Pedro Santisteve «se volviera a esconder debajo de la alfombra de su despacho, tal y como hizo durante la última riada del Ebro». Contín señaló que la «lógica de la que habla Cubero tiene mucho que ver con que no se ha puesto en marcha el plan de poda» y de ahí que se cayeran tantos ejemplares.

Contín exigió al Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) que se revise todos los que han quedado en pie para certificar la seguridad del resto. Una cuestión a la que se adhirió Fernández desde el grupo de Ciudadanos. «Habló que muchas especies se cayeron por el tipo de plantación o por el estado en el que estaban, hay que estar muy atentos, no sea que venga una nueva tormenta de verano y se repita», apostilló.

La socialista Aparicio lamentó que el Ayuntamiento de Zaragoza no haya actualizado las cifras que dio al día siguiente de la tormenta. Mostró su comprensión de «no saber al céntimo los costes», pero sí incidió en la importancia de una evaluación de los destrozos y de cómo se ha quedado la capital aragonesa. Cubero se comprometió a darlo «cuando tengamos más».