Libertad, adicción, comunicación, entretenimiento, necesidad, compañía, simple mascota... ¿El móvil nos acompaña o le acompañamos a él? Democrático salvo en su precio y en sus contratos, escucha y se deja escuchar por todo ser humano sin atender a la de edad, la clase social, el sexo o o la raza. Las calles de Zaragoza y sus transeúntes no son ajenos a este fenómeno tan familiar, a un infinito carnaval de la telefonía y las numerosas aplicaciones que transportan en sus entrañas. Este reportaje gráfico está realizado en 55 minutos. Bien podría haberse hecho en 5 con tarifa plana y una par de gigabyte más de velocidad en la mente del fotógrafo.