El Gipuzkoa Basket posee el antídoto perfecto contra el CAI Zaragoza. Una vez más, el equipo aragonés quedó anulado por el buen hacer del conjunto donostiarra, mermado por las bajas, sustentado en un tridente que jugó casi todo el partido --Salgado, Doblas, Robinson--, pero que ejecutó a la perfección el plan que desactivó al CAI, lo redujo a un grupo vulgar y lo llevó a su tercera derrota consecutiva, cuarta en los últimos cinco encuentros, que le devuelven de lleno a una única realidad: certificar cuanto antes un puesto entre los ocho primeros.

Prácticamente nada funcionó en el CAI --excepto Jones en su primer partido tras la operación--, que no tuvo intensidad atrás ni acierto delante. Anotar fue un castigo para el conjunto aragonés, que lo intentó primero por dentro y después por fuera con escaso acierto. Al descanso tan solo había anotado 24 puntos. Enfrente, el Gipuzkoa se hizo fuerte por dentro con Doblas, siempre Doblas, mientras Ramsdell machacaba por fuera y, como en el encuentro de ida, el equipo de Sito Alonso descosía el partido a triples.

Hasta 20 puntos tuvo de ventaja el conjunto local (49-29, min. 25) en un choque en el que el CAI nunca estuvo cómodo, no encontró una buena dirección, ni una referencia interior, ni exterior y se lanzó en intentos individuales ante el naufragio colectivo. No obstante, siguió intentándolo el equipo aragonés, logró un parcial de 0-11 que mitigó la ventaja local y con un par de triples más se acercó hasta un 51-47 al inicio del último cuarto que ya parecía un milagro. Ahí se quedó la reacción aragonesa frente a un Gipuzkoa magistralmente dirigido por Javi Salgado ante la baja por lesión de Raúl Neto y que acabó contando con Robinson como principal ejecutor con 24 puntos. La falta de acierto, provocada por el buen hacer del Gipuzkoa, condenó a un CAI que ha visto esfumarse toda la ventaja que tenía sobre sus rivales en la clasificación. Y la próxima semana visita al líder, el Real Madrid.