El inicio de temporada del Casademont Zaragoza ha sido de aúpa. En 14 días ha tenido que disputar seis partidos, tres de Liga y tres en la final a ocho de la Champions. Solo en uno ha mostrado una versión convincente y ganadora, en los cuartos frente al Tenerife. Frente al mismo rival en Liga perdió tras forzar una prórroga pero yendo siempre por detrás, ante el Madrid fue lo habitual y contra el Gran Canaria el equipo pasó del negro al blanco, de una primera parte horrible a una segunda radicalmente diferente en la que superó a su rival. En Atenas solo jugó bien el primer día. Contra el AEK y el Dijon estuvo muy lejos, demasiado, de la victoria. La estructura de la plantilla presentaba algunas deficiencias, los roles todavía no están asignados y las lesiones han revuelto todo mucho más. Como consecuencia, la mayoría de jugadores están rindiendo por debajo de su nivel.

1 La estructura de la plantilla

Hay dos cuestiones. La confección del equipo, que corresponde a la dirección técnica, y el rendimiento que se saca a los jugadores, que es responsabilidad del entrenador. La plantilla presenta algunas deficiencias estructurales. La salida de Alocén no tuvo como respuesta la llegada de otro base, confiando en que Krejci lo fuera en el futuro y Ennis pudiera ayudar en esa faceta. El único fichaje del perímetro fue Sulaimon, al tiempo que se cerraba la continuidad de Seeley y ya había renovado Ennis, con lo que ahora se acumulan las piezas en la zona exterior. Todo esto antes de que llegara Ocampo. Por dentro, en el cinco se está pendiente de la recuperación de Justiz y en el cuatro se quedaron dos jugadores que, en realidad, por su juego muy abierto, son más treses. La inesperada salida de Pradilla fue cubierta con Konate, con el que, de momento, el cuerpo técnico no cuenta mucho. Y dejó otro problema con los cupos. Ahora el Casademont tiene dos fichas doce, Javi García y Jaime Fernández. Fichó otros dos cupos, Radoncic y Font, pero para cederlos este primer año.

2 Una baja con los roles sin asentar

Con los roles aún por asentar, con Ennis haciendo de uno sin mucho éxito, Krejci se lesionó de gravedad en el duelo ante el Madrid. El checo se perderá lo que resta de temporada y eso es un problema por dos razones, porque supone la baja del que en teoría debía ser el segundo base y, además, la pérdida de un jugador de formación local. La ausencia de Krejci, el hecho de que con Ennis el equipo jugara excesivamente acelerado y de que Javi García es la ficha número doce, aceleró un plan B: Sulaimon de base. Funcionó frente al Gran Canaria, continuó en Atenas. Pero el jugador sufrió un problema muscular y está pendiente de evolución. Ahora mismo, salvo fichaje, Ennis tendrá que volver a hacer el uno para relevar a San Miguel. O confiar en Javi García.

3 La polivalencia como problema

Una de las virtudes de la plantilla del Casademont, buscada deliberadamente en su elaboración, es la polivalencia. Jugadores que pueden hacer cualquier puesto del perímetro o del interior. Desde luego es una virtud que, ante un problema coyuntural de un jugador, otro pueda hacer su trabajo y que el colectivo no se resienta. El problema llega cuando eso se convierte en que los jugadores vayan cambiando de posición, probando a ver dónde encajan mejor. De momento se ha visto ya a Sulaimon de base, en este caso justificado por las circunstancias, pero también a Brussino de cuatro, a Barreiro y a Benzing juntos con el alemán de cinco, a Ennis en todas las posiciones exteriores.

4 Jugadores y entrenador por debajo de su nivel

Una de las consecuencias de lo anterior es que los jugadores no tienen claro su papel, si van a salir de inicio o no, si se cuenta con ellos para aquí o para allá, si se confía en ellos o no. El resultado hasta ahora es que hay varios jugadores por debajo de su nivel y eso es trabajo de Ocampo, que debe sacar el máximo de su plantilla. La final a ocho de Seeley o Ennis ha sido más bien decepcionante, aunque el canadiense tiró de orgullo y corazón para intentar rehacerse de su mala actuación en el partido por el bronce. Brussino ha estado a rachas, Sulaimon tuvo que jugar de base y, para colmo, se lesionó. Así, el equipo ha ido quedándose sin armas, sin puntos y sin posibilidades de victoria.

5 La hiperactividad de Thompson

Los casos de Seeley o Ennis son preocupantes porque son jugadores que pueden ganar partidos para el Casademont, con mucha calidad y muchos puntos. Pero hay un caso aún más inquietante, el de Jason Thompson. Porque en su caso no es un problema de desubicación. Desde el primer día ha visto que es el pívot titular y el equipo ha jugado para él, pero el estadounidense juega demasiado acelerado, con tanto ímpetu que comete demasiadas faltas que protesta y le desesperan. El equipo necesita que se tranquilice.