Las comarcas del Bajo Cinca, Cinca Medio, La Litera y Bajo Aragón-Caspe están a un paso de regresar a la nueva normalidad. Según indicó ayer la consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, el Ejecutivo tomará la decisión «antes del fin de semana». La consejera lo anunció en su visita al almacén del Salud en Plaza, donde hay reserva de materiales de protección «para cuatro meses en pandemia».

Este miércoles se reúnen con el Ministerio de Sanidad en una comisión interterritorial donde expondrán la evolución de los brotes en la zona oriental. Según la consejera, «la curva está claramente descendente, pero tenemos que ser muy cautos porque nuestra comunidad vecina ha entrado en confinamiento». Y además, Lérida prevé un aumento de casos en los próximos días.

«Nuestros datos nos hacen ver que está evolucionando muy bien», insistió la consejera. La dirección general de Salud Pública notificó ayer 26 nuevos positivos en la comunidad, 12 asintomáticos. Dos de estos se corresponden con Bajo Aragón-Caspe y otros cinco con las de Bajo Cinca, Cinca Medio y La Litera. Además hay 4 casos en un mismo brote familiar en Alacón (Teruel), donde se habían detectado ya tres casos.

Según datos de Sanidad, la incidencia del virus ha bajado en todas las comarcas en fase 2 en la última semana. La que sigue con mayor afección es Bajo Aragón-Caspe, con 169,83 casos por 100.000 habitantes, mientras que Cinca Medio y La Litera tienen ahora las tasas más bajas; 54,56 y 98,40 por 100.000 habitantes, respectivamente, y Bajo Cinca, de 130,14. Unas cifras que en el punto álgido del brote llegaron a 434 casos por 100.000 habitantes en Bajo Aragón-Caspe y a 231 en Bajo Cinca durante la semana del 22 al 28 de junio, o a 235 en La Litera en la semana del 15 al 21de junio.

El regreso de estos territorios a la nueva normalidad dependerá de los casos en las últimas dos semanas y de «la constatación de que no hay transmisión comunitaria y que los casos pertenecen a brotes conocidos», dijo Repollés.

No obstante, el presidente Javier Lambán reconoció ayer que «a pesar de las medidas tomadas no se ha sido todo lo eficaz que se debía» para atajar los brotes surgidos en zonas frutícolas, lo que «tendrá que servir de aprendizaje para futuras campañas». Lambán insistió en que es «fundamental» que no se instale entre la ciudadanía la «falsa sensación de seguridad» al haberse acabado el estado de alarma, «porque la crisis sanitaria no ha terminado».

MANO TENDIDA

Mientras Aragón avanza para recuperar la nueva normalidad en todo su territorio, en Lérida la situación seguirá complicada, al menos, diez días más. Y aunque Repollés declinó valorar si la Generalitat ha llegado «tarde», recordó que la decisión de llevar a las comarcas aragonesas a fase 2 se tomó «en el momento oportuno y fue proporcional a la situación epidémica del momento».

«De lo que se trataba era de evitar la transmisión comunitaria y controlar el brote y creo que lo hemos conseguido», defendió. No obstante, reconoció que «preocupa» la situación catalana y por eso han ofrecido su «colaboración absoluta» a la Generalitat «en todos los sentidos, no solo el sanitario sino también en los controles territoriales».

Repollés recordó la «movilidad absoluta entre la Franja y la zona del Segre en Lérida». En una región que comparte la misma realidad socioeconómica, pero con una situación epidemiológica tan dispar, la consejera señaló que no hay constancia de que pacientes aragoneses estén siendo detectados y tratados desde Lérida. La consejera reconoció que «tradicionalmente los vecinos de la zona de la Franja han tenido como hospital de referencia al Arnau de Vilanova de Lérida por la situación de proximidad», sin embargo «no consta que haya pacientes con covid» en el centro hospitalario ilderdense.