Comprar alimentos básicos cuesta hoy más que hace un mes cuando el Gobierno de España decretó el estado de alarma por el coronavirus. Un incremento que se une curiosamente a un aumento del consumo en los hogares aragoneses de un 42,2% durante la primera semana del mes de abril frente al mismo periodo del año pasado. La comunidad está por encima de la media del país, que se sitúa en el 22,2%, según el análisis realizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

De toda la alimentación, la fruta y la verdura es lo que más ha subido. Bien lo sabe Juan Carlos, dependiente en Frutas Patri y Juan-K en el Mercado Central de Zaragoza, quien señala que el aumento se observa especialmente en productos como el pimiento rojo, el calabacín o la borraja. «Yo trabajo con todos los géneros, y en solo una semana han subido un 50% los precios. Por ejemplo, una coliflor que vale un euro estaba hoy en el mercado a tres euros. Estamos en tiempo de borraja, que vale el kilo 40 céntimos y están pidiendo casi dos euros».

E

n palabras de Javier Monge, mayorista dedicado a la venta de fruta, esta situación se debe sobre todo a «la oferta y la demanda» que se están produciendo durante este periodo.

CÍTRICOS DISPARADOS

Monge incidió cómo el consumo de cítricos se había visto disparado desde que comenzó la cuarentena y eso había provocado un incremento en los precios: «Ahora mismo la demanda de naranja y mandarina ha crecido casi un 40% y eso hace que se suban los precios. Las últimas mandarinas que pagué salidas de almacén me costaron 2,45 el kilo, y la carga del lunes 2,95, es decir, 50 céntimos en kilo de subida. Lo mismo sucede con el limón, con el jengibre, e incluso con el tema del brócoli o con las manzanas», explicó.

En este sentido, Monge valoró cuáles eran, desde su punto de vista, las causas que habían llevado a este incremento en la demanda. «A grandes rasgos, es por el tema del coronavirus, que nos tiene a todos igual. La demanda de cítrico se puede explicar por la gran cantidad de vitamina C, y pasa lo mismo con el jengibre. Además, no sé si tiene que ver con que lo identificamos con el hecho de llevar una alimentación más sana, con que nos tenemos que cuidar más todos o con que estamos más en casa y eso nos incita a comer más frutas y verduras», consideró.

Al igual que sucede con las frutas y verduras, la pescadería también ha visto cómo los precios de algunos de sus productos subían en las subastas. «En este mundillo hay menos pescado en circulación, menos variedad, menos surtido y menos kilos, y eso ha hecho que en las subastas el precio sea más caro, en especial el pescado menudo costero como la sardina, y otro como la merluza o el gallo», explicó Carlos Barrena de Pescadería Pablo Mar.

En cambio, hay artículos que se han mantenido o incluso han bajado de precio, como el salmón, ya que el consumo para los restaurantes asiáticos no existe, la demanda se ha reducido y con ello los precios.

En otros casos, como el de la carnicería o la pollería, los precios «siguen prácticamente igual», reconoció Olga Romeo, de Pollerías Olga, que aseguró que en las últimas semanas se había notado mucho la menor afluencia de gente y que ahora trabajan especialmente para llevar la compra a las casas mediante internet. «Se ha notado mucho porque de otros barrios no les dejan salir, entonces no pueden acceder al Mercado Central». De ahí que hayan puesto en marcha la venta online, pero no estamos todos», señala que mantienen los precios porque ·sería un engaño que porque se lo llevemos a casa les pongamos el genero más caro, y de hecho no cobramos servicio a domicilio».

De todo los tipos de carne, el conejo es el único que presenta un cambio en el precio y es a la baja. Los carniceros y especialmente los polleros saben que depués de la crisis sanitaria vendrá la económica y el consumo de las carnes blancas aumentará por ser más baratas.

En cuanto a la charcutería. Javier Oñoa, de Montori Barranco, asegura que los precios se han mantenido, pero las compras no están al alza. De ahí que sea otro de los comerciantes que se ha agarrado a la venta mediante pedidos telefónicos e incluso por Whatsapp para que gente de otros barrios de la capital puedan adquirir sus afamados productos.

Este aumento de determinados productos ya ha sido denunciado por la Organización de Consumidores y Usuarios. Especialmente en alimentación que se vende en grandes superficies. Respecto a los pedidos online la alta demanda de este servicio por el estado de alarma está provocando retrasos en los pedidos.