Un sentimiento de orgullo recorre Atenas de punta a punta de la milenaria ciudad. "Estamos preparados para empezar los Juegos", proclamó ayer, visiblemente satisfecha, Gianna Angelopoulos, la presidenta del Comité Organizador (ATHOC), a quien los miembros del COI otorgan el milagro de que esté todo listo antes de la ceremonia de inauguración. Contagiados por ese nuevo talante, desterradas las tesis más pesimistas, la ciudadanía se ha echado a la calle, volcándose en la compra de entradas a última hora, después de casi un año de indiferencia que hizo temer un exceso de asientos vacíos en las tribunas de los diferentes estadios olímpicos.

Hace sólo tres meses, la inquietud recorría el espinazo de los responsables olímpicos, tanto por la marcha de las obras, como por el escaso ritmo de la venta de las entradas. Existía un tremendo pesimismo y las críticas acerca del carácter informal de los griegos empezaban a calar con fuerza en la opinión pública internacional. Ahora la sonrisa de más de uno podría iluminar el Partenón. Alrededor de las taquillas instaladas por la ciudad se arremolinan centenares y centenares de personas, como si de repente hubieran caído en la cuenta de que los Juegos empiezan mañana.

90.000 ENTRADAS EN UN DIA Angelopoulos, en el encuentro diario con la prensa, recalcó: "Ayer estuvimos a punto de superar la barrera de las 90.000 entradas vendidas. Llegamos hasta las 89.317, de las cuales 21.958 son del torneo de fútbol y cerca de 18.000 son de las competiciones de atletismo". Unas cifras que hace unas semanas muy pocos esperaban que se pudieran alcanzar.

"No estaba nada preocupado con este tema", apuntó, por su parte, el presidente del COI, el belga Jacques Rogge, restándole trascendencia al asunto. "Todos mis amigos griegos me han dicho que es una tradición en este país comprar las entradas en el último momento y que esperan que casi todas las sedes estén llenas al final".

DESALOJO DEL ESTADIO Atenas vive las últimas horas de la cuenta atrás con euforia. La ciudad es una paleta reluciente con los colores olímpicos. Los deportistas están entrenándose en las diferentes sedes sin problemas aparentes. El carril olímpico funciona y la ciudad mantiene su pulso, sin caer en el colapso que se presuponía. La organización ha superado, incluso, los dos ensayos con público --70.000 espectadores-- de la ceremonia de inauguración con una buena nota, a pesar de aplicar todas las normas de seguridad y las restricciones de acceso. En la prueba del martes se comprobó el tiempo que cuesta desalojar un estadio.

Sólo 17 minutos necesitaron las fuerzas de seguridad para sacar a las 70.000 personas que llenaban las gradas en una de las posteriores pruebas que están superando los responsables de la organización en las últimas horas. El simulacro sirvió para comprobar la eficacia del sistema operativo que ha diseñado el ATHOC. También permitió constatar la obsesión por la seguridad de la candidatura.

CUBRIR EL PRESUPUESTO Contagiados por esa llamarada optimista que recorre la capital griega, y que posiblemente encendió el triunfo de la selección de fútbol en la pasada Eurocopa de Portugal, el portavoz del ATHOC, Machail Zachantas, está convencido de que pueden alcanzarse finalmente las previsiones de la organización, los 3,5 millones de entradas del total de cinco, que equilibrarían la cifra presupuestada de 183 millones de euros. "Hemos superado en las últimas horas las cifras de 2,7 millones", aclaró Zachantas. "Ahora sólo falta un pequeño empujón final".