"Oroel es como la proa de un gigantesco navío varado en el mar de montañas que cubre la Jacetania", afirma Jesús Pardina en Montañas de Aragón . En un día despejado, el senderista que alcanza la cima de la Peña Oroel tiene todo el Pirineo a su pies. La cumbre altoaragonesa, que se alza a 1.770 metros, es un magnífico balcón desde el que se observan los techos de la cadena francoespañola.

La Peña Oroel tiene tanto pedigree en Aragón como el Moncayo, el Tozal de Guara o el Turbón. En estas fechas la nieve ha dejado paso en los tresmiles al monte pelado de hierba, bosques y rocas. El panorama es magnífico desde la cima. De izquierda a derecha se despliegan, como en un abanico, el Bisaurín, Collarada, Telera, Tendenera y los tres gigantes del Pirineo: el Monte Perdido con las Tres Sorores, el Posets y en la lejanía se vislumbran las nieves eternas del macizo Aneto-Madaleta.

A la espalda del excursionista la perspectiva también es admirable con la media montaña con el Turbón, Canciás, Guara, el Pico del Aguila, la Sierra de Santo Domingo, el Cuculo y el pantano de Yesa. A los pies del montañero se encuentra el municipio de Jaca.

La andada desde Jaca a la Peña Oroel es una de las excursiones más frecuentadas de la geografía aragonesa por los amantes del senderismo. Con un esfuerzo moderado de tres horas, los aficionados al monte pueden contemplar paisajes increíbles. Esta caminata, que no alcanza los 1.000 metros de desnivel, es ideal para la época otoñal.

Por otro lado, la Peña Oroel es una cima perfecta para que los niños hagan su primera montaña. Además, es muy normal ver subir por los bosques de pinos que llevan a la cresta final a personas mayores ayudándose de los bastones. El esfuerzo merece la pena ante el tan preciado premio del paisaje de la cumbre.

Para realizar esta excursión solo se necesita unas botas de trekking y una pequeña mochila donde se introducirá algo de ropa de abrigo, una cámara de fotos y comida. Saliendo a media mañana se puede llegar a la cruz con toda la tranquilidad del mundo para comer en una de las cumbres más conocidas de Aragón.

La excursión comienza en una pista que pasa por debajo de la carretera Nacional 330. Los subida es muy tendida en los primeros 45 minutos por el barranco de San Salvador. Poco a poco el valle se cierra, la pista da paso a un camino y aparece el bosque con la peña como telón de fondo.

Tras cruzar dos puentes, el senderista llega a la Fuente del Salvador. Tan solo le queda media hora para alcanzar el Mirador de Oroel, un área recreativa situada a 1.186 metros de altura que cuenta con bar y restaurante. Aquí llega la carretera que se dirige a Bernués y San Juan de la Peña y después de siete kilómetros se desvía hacia el este por una pista asfaltada. Muchos aficionados a la montaña prefieren atacar desde este lugar la cumbre, a la que se llega en hora y media (la mayor parte de las topoguías comienzan la ascensión en este lugar).

El tramo final

Es en el mirador donde se endurece el sendero que en una treintena de zetas se retuerce en un bosque de pino silvestre, boj, hayas, abetos y enebros. El sendero sigue la dirección sur por unas señales de color amarillo y blanco de pequeño recorrido. Tras remontar el bosque llegamos a lo alto de la loma. Siguiendo la dirección oeste, la cima ya le tenemos en nuestras manos.

En la amplia cumbre hay dos mesas topográficas en las que se indican los nombres de las montañas, los valles y los pueblos. Es famosa la cruz de hierro negruzco de cinco metros que colocó el Obispado de Jaca en 1902.