Una mano de Javi López a 15 minutos del final y la expulsión de Kiko Casilla siete minutos más tarde por cortar con la mano un sombrero de Messi fuera del área han allanado la victoria del Barça ante el Espanyol en un excitado y disputado derbi. Messi ha aprovechado el penalti para marcar el tanto de la victoria y, de paso, romper su largo maleficio en Cornellà, donde todavía no sabía qué era marcar.

El Barça se ha impuesto en un disputadísimo partido, llevado a la máxima intensidad por el conjunto perico, a veces en exceso, y sigue dependiendo de si mismo en la lucha por la Liga. El Espanyol, por su parte, sigue sin poder derrotar a los azulgranas en su estadio.

La primera parte ha terminado sin goles, pero no por falta de ocasiones, algunas clarísimas, sino porque ambas delanteras han fallado más que una escopeta de feria. Especialmente Neymar, que en lugar de un rifle parecía tirar con un tirachinas. El brasileño ha gozado de tres ocasiones ante Casilla y en todas ellas se ha quedado con cara de circunstancias. Especialmente en el minuto 19, cuando lo más fácil parecía simplemente empujar el balón al fondo de la portería, ya vacía, pero la pelota ha salido disparada hacia el espacio como si de un transformación a palos de rugbi se tratara.

Ya en el minuto 4, Neymar se ha plantado solo ante el meta perico, pero ha rematado con tan poca fe como convicción. El Barça ha aplacado la supuesta salida en tromba del Espanyol y sus triangulaciones llegaban con fluidez hasta la frontal del área. A partir de ahí, ya era otra historia. También Messi ha tenido una tímida irrupción, pero se ha trabado con el balón y las piernas de la defensa.

Presión blanquiazul

El Espanyol ha logrado estirarse y sacudirse el dominio azulgrana. De hecho, ha estado cerca de abrir el marcador, pero Pizzi, que se ha librado de Mascherano con un bonito sombrero, ha rematado muy desviado. En los últimos compases de la primera parte, el equipo de Aguirre ha atosigado a los barcelonistas a base de córneres y solo Neymar ha vuelto a asustar, pero su suave toque ha salido desviado ante la salida del portero.

En la segunda mitad, el Espanyol ha perdido fuelle y el Barça, sin gozar de tantas oportunidades como en el pimer tiempo, ha ido imponiendo su dominio, sellado finalmente con el penalti transformado por Messi y la expulsón de Casilla.