Josep Maria Bartomeu ya ha reflexionado. Minutos después de caer el Barça en Anfield anunciaba el presidente azulgrana que entraba en unos largos días de una «profunda reflexión». Casi 10 días más tarde compareció el dirigente para defender a Ernesto Valverde, cuestionado por su gestión de la semifinal de la Champions League en la que su equipo caía 4-0. «Ernesto ya lo dijo el otro día. Tiene el apoyo del presidente y de la directiva», subrayó ayer en un claro mensaje de respaldo al entrenador.

Tampoco le queda mucho margen a Bartomeu. Al menos, hasta que no acabe la final de la Copa. El presidente, que había guardado silencio desde su aparición en Liverpool, ha querido fortalecer la figura del entrenador. Un entrenador que «se ve con fuerzas», como él mismo dijo, para pilotar el proyecto deportivo del Barça en su tercer curso. En ese sentido, y a pesar de las discrepancias que hay en el seno de la junta, la voz de Bartomeu emerge como elemento pacificador. El presidente tiene frentes abiertos de cara a la confección de la nueva plantilla, con De Jong ya fichado, negociando por De Ligt y pendiente de Griezmann.

«Es el entrenador que queremos», dijo Bartomeu, afirmando, además, que «tiene contrato en vigor». No solo eso. El presidente fue un poco más allá. «Estamos muy contentos con él», añadió. Ese discurso de arropar al técnico se entiende, según el dirigente, en que «este es un proyecto a medio y largo plazo». Un proyecto que debe dirigir Valverde, que cuenta con el valioso aval de la plantilla, empezando por el propio Leo Messi.