El Tecnyconta Zaragoza desperdició una oportunidad de oro para lograr la salvación virtual al caer de forma estrepitosa en Burgos. Aunque al final maquilló el resultado (96-88), fruto de una excesiva relajación local, pese a que los árbitros dieron carpetazo a cualquier posibilidad de remontada con dos faltas más que dudosas a Xavi Rey en los segundos finales, el equipo de Pep Cargol protagonizó un partido impropio de un equipo de máxima categoría. Durante muchos minutos, sobre todo en el segundo y tercer cuarto, el Tecnyconta fue una calamidad, sin ninguna tensión en defensa y con un ataque precipitado y sin elaborar. Una guerra de guerrillas en la que los jugadores se reprochaban cosas unos a otros, se pedían explicaciones mientras todos sin excepción fallaban su cometido.

El marcador aguantó igualado mientras los errores ofensivos se repartieron entre unos y otros, mientras el partido era un correcalles sin control en el que ninguno lograba imponer sus ventajas. Hasta que el Tecnyconta fue deshaciéndose paulatina pero irremediablemente en defensa permitiendo que Burgos anotara con facilidad. Como un equipo completamente roto, el Tecnyconta acumuló hasta 26 puntos de desventaja. Ni con dos fichajes de Euroliga ha mejorado su juego el conjunto zaragozano.

Pero la historia dio un giro inesperado. El Burgos no mató el partido cuando lo tuvo en su mano y comenzó a precipitarse en ataque lanzando tiros de tres mal seleccionados. De pronto el Tecnyconta fue recortando, recortando hasta ponerse a diez puntos en el minuto final. Xavi Rey puso el 89-85 con 26 segundos en juego con un dos más uno y Ennis, el 91-88 con un gran triple a 13 segundos. Entonces aparecieron los árbitros. Señalaron una falta muy dudosa -el contacto es mínimo- de Rey sobre Sebas Sáiz en un saque lateral del Burgos y, acto seguido, volvieron a señalar falta de Rey, en ataque, por un bloqueo muy duro, eso sí, pero con los dos pies quietos. Una acción que le costó la técnica al propio jugador por protestar. Después se quejó también airadamente Pep Cargol, con Salva Guardia detrás del banquillo todo el partido. Con razón, aunque más escandalosa que el arbitraje fue la actitud del Tecnyconta.