ra, me ha ido bien así". Y le ha ido bien también en los partidos, en el que cada jugador tiene asignado su papel. "Hemos tenido muchas lesiones y he podido tener más minutos, estoy muy contento e intentando aprovechar cada minuto en la cancha. Soy el tirador y estoy intentando ayudar con ese aspecto del juego y adaptarme a los sistemas defensivos que tenemos aquí, que pienso que son de los mejores que he tenido en mi carrera. Es mucho trabajo pero estoy intentando hacer las cosas fáciles".

Otra cuestión fundamental es que en Norteamérica el baloncesto, el deporte en general, está concebido como un espectáculo. "Es todo espectáculo, muy diferente que en Europa, no hay tiempo para llorar las derrotas. En Europa hay muchas tensiones después de algunas derrotas, todos se comportan diferente, aquí no da tiempo, es un ritmo muy diferente", explica el alero. Para adaptarse ha contado con la ayuda del vestuario y de toda la estructura de los Pacers. "Me han sorprendido todos mis compañeros siendo tan simpáticos y buenas personas, me están ayudando en todos los aspectos del juego y de la vida aquí en Estados Unidos. Especialmente Luis Scola, que como yo llegó a la NBA con 28 años y está compartiendo conmigo su sabiduría y experiencia cada día y eso vale mucho. Pero todos en el club y en el equipo están dispuestos a ayudar cuando haga falta y eso lo hace todo más fácil".

Rudez vive en Indianápolis, capital de Indiana, una ciudad de poco más de 800.000 habitantes. "Está bien, no es tan pequeña. Hay de todo, tengo todo lo que necesito para la vida. No es la ciudad más divertida del mundo, pero estamos mucho de viaje. Hay buenos restaurantes, cines, nuestro pabellón es magnífico y estoy disfrutando en Indianápolis".