1.- El dinamismo de Frenkie

Apareció por todos lados. Intervino en tres de los cuatro goles del Barça. Ejerció de falso extremo derecho, actuó como interior con llegada y en ocasiones hasta pareció tener el disfraz de delantero centro. Frenkie de Jong completó una monumental exhibición en la final, escoltado, en todo momento, por Busquets, con quien cohabitó de maravilla. Ambos gobernaron con insultante autoridad en el centro del campo dejando, además, rasgos de compenetración nunca visto antes.

Asistió a Griezmann en el 0-1, marcó el 0-2 con un cabezazo de nueve antiguo y después se inventó una doble pared con Messi en el 0-3 de un Barça desatado. Y eso que De Jong empezó el partido con un disparo al poste derecho de Unai Simón, el prólogo de la tormenta de fútbol y eficacia que se vivió en la segunda mitad. Con un estelar jugador total.

2.- Un Piqué imperial en la red de seguridad de los 3 centrales

Mantuvo Koeman la línea de los tres centrales. Y de nuevo, como ya sucedió en Valdebebas, eran tres especialistas puros: Piqué en el eje, escoltado a la derecha por Mingueza y en la izquierda por Lenglet. El juego fluía cómodo desde atrás, superando la tímida presión vasca. Tímida porque el Barça articuló una posesión de 110 segundos iniciales sin que el Athletic oliera la pelota. No, no es ninguna exageración.

El equipo de Koeman ensanchó el campo situando a Dest y Jordi Alba con el disfraz de extremos, mientras vivía tranquilo con la red de seguridad diseñada por Piqué, que se anticipó en todas las correcciones defensivas a Iñaki Williams, la mayor amenaza bilbaína. Minimizó el Barcelona aguantado por un colosal Piqué.

3.- Goles viniendo desde atrás

Mandó el Barça desde el inicio hasta el final de la final. Pero en la primera mitad no tuvo el remate para tanto juego ofensivo que había producido el equipo de Koeman. Todo cambió, sin embargo, en la segunda parte cuando sí tuvo la contundencia que necesitaba para desnudar a un apocado Athletic.

GL DEL DÍANo fue un sueñoGolazo de #Messi y CAMPEONES de Copa! pic.twitter.com/5HiHEiQ2Pm FC Barcelona (@FCBarcelona_es) 18 de abril de 2021

Todos los goles tuvieron el mismo eje. Más bien llegando desde atrás que no viviendo en el área. No tenía el Barça ningún delantero centro. Solo jugó con dos atacantes: Messi y Griezmann. Y ninguno es o ha sido un nueve. Pero Leo marcó dos tantos, Antoine, uno. Y De Jong tampoco quiso perderse esa fiesta de fútbol con su tanto, marcados los cuatro tras haberse construido de la misma manera. Jugadores que llegaban al área vasca sin ser detectados. Nadie vio a Antoine, Frenkie y Leo.