La nave se va a pique. Y eso que acaba de salir del puerto. De la galaxia no hay noticias. Las estrellas no alumbran y los cimientos amenazan con venirse abajo. La derrota en Alemania ha agrandado el enfrentamiento entre buena parte de la plantilla y Camacho por airear la bronca del técnico a su equipo tras la mala imagen ofrecida ante el Numancia.

El Madrid ha empezado la temporada con la misma mala cara con que terminó la pasada campaña, es decir sin jugar al fútbol y sin actitud. Hizo historia al perder cinco partidos seguidos y ahora acaba de firmar el peor debut europeo en los 13 años del formato de Liga de Campeones. Camacho, un técnico idóneo para equipos con ganas de comerse el mundo, no se ajusta a este Madrid, cuajado de estrellas que están de vuelta. Dos victorias ante Mallorca y Numancia han dado paso al primer batacazo cuando enfrente se presentó un rival con ambición.

SOLUCIONES URGENTES Ha llegado la hora de buscar soluciones urgentes. La primera que adoptará Camacho será realizar rotaciones para el duelo de mañana ante el Espanyol, máxime cuando la próxima semana hay jornada el miércoles. Lo que parece más difícil de resolver es el distanciamiento entre los jugadores y el técnico. Poco después de autoinculparse de la derrota, Camacho volvió a su versión natural y comenzó a enviar mensajes a sus jugadores. Se quejó incluso del calentamiento que realizaron. "Hay que saber meterse en el partido. Los jugadores no salieron mentalizados ni tuvieron la actitud necesaria para afrontarlo. Les dije que estábamos jugando con fuego y nos quemamos", declaró Camacho.

La respuesta no se hizo esperar. Ayer, Roberto Carlos volvió a dejar claro que a los jugadores no les gustan esas manifestaciones. "Si das un golpe en la mesa te puedes romper la mano o la mesa. Somos mayorcitos para saber que lo hicimos mal. Si hubiera un problema con el técnico lo hablaríamos en el vestuario, no en la prensa. El míster habla en el vestuario como ante la prensa. Hay que hablar menos y correr con más sentido", dijo el brasileño.

Poco después de que terminara el encuentro, Roberto Carlos conoció las críticas que había vertido Camacho en la SER. En una de ellas, el técnico apuntó que el equipo "no puede vivir de los nombres, falta humildad". La respuesta del lateral fue: "¿En eso de la humildad se incluye él?", preguntó en Onda Cero .

En medio de esa tormenta, Camacho fijó el entrenamiento de ayer a las 11.30 horas, pese a que el equipo llegó a Madrid a las tres de la madrugada. Las caras de los jugadores respondían al clima de tensión que vive el equipo. Lo que no se esperaban es que nada más saltar al campo sonara el We are the champions ("Nosotros somos los campeones"), que suena en las finales y que un equipo de fútbol americano puso para motivarse en un entrenamiento.