La etapa mas larga de la Vuelta, disputada ayer entre La Muela y Huesca, con un recorrido de 159 kilometros, no fue precisamente de relax para los corredores. Conscientes de la capacidad de control que tiene el Caja Castilla La Mancha, aquellas formaciones que no tienen posibilidades de disputar la general se lanzaron en busca de un triunfo parcial con el que justificar su paso por la carrera aragonesa. Ayer brilló en la etapa el CAI con Alberto Mayordomo, que mantuvo su liderato en la montaña, y con el hondureño Milton Ramos, que estuvo muy cerca de ganar en Huesca. Además, Javier Ruiz logró arrebatarle el jersey de líder a Gutiérrez pese a terminar empatados tanto a tiempos como a puestos, porque el ciclista del Caja Rural completó una mejor etapa que su rival.

Silvestre (Alfus) lanzó un poderoso ataque y se marchó escapado. Un poco más adelante se le unieron Garriz (Ona) y Arenas (Cropusa). Faltaban muchos kilómetros y los tres, que no representaban peligro para el hasta ayer líder, David Gutiérrez, empezaron a acumular diferencias mientras el Caja Castilla marcaba un ritmo sostenido en el pelotón para que la fuga no derivase en una situación complicada.

MAXIMA DIFERENCIA Al paso por Remolinos, kilómetro 69 de la etapa, la diferencia de los escapados se acercó a los cinco minutos. Algunos corredores intentaron salir del pelotón, como Carlos Capitán (Wurth), pero el marcaje a este equipo por parte del Caja Castilla era manifiesto y no pudo llegar muy lejos. Sin una brizna de viento en toda la jornada y con una temperatura excelente, el pelotón aceleró el ritmo al paso por Tauste, de tal manera que los fugados no llegaron a Sierra de Luna.

En la parte final del puerto el Cropusa lanzó un duro ataque con Aran y Soler, que en el descenso recibieron la compañía del corredor del CAI Milton Ramos. Hubo entendimiento entre los tres, pero en el gran grupo nadie soltó lastre. La escapada era peligrosa y, aunque llegaron a tener 1.06 de ventaja al paso por Almudévar, desde este punto hasta Huesca la renta se fue reduciendo progresivamente en un emocionante pulso entre el pelotón y los escapados, que mantuvieron su entendimiento hasta el banderín rojo indicativo del último kilómetro.

Milton Ramos jugó su baza e intentó romper la vigilancia de sus rivales, pero estaba él solo frente a dos poderosos aliados y tuvo que conformarse con la segunda plaza mientras el pelotón, completamente lanzado, entraba a la estela de los escapados que culminaron una fuga de más de 60 kilómetros.