Los jugadores del Zaragoza abandonaron contrariados el Carlos Belmonte tras la inoportuna derrota de ayer. Una jornada más sin conseguir la imprescindible victoria que ha de certificar la permanencia aragonesa y hundiéndose poco a poco en la tabla, una situación que anula cualquier actuación personal. "Mi gol ha sido lo de menos, estamos muy preocupados", dijo Miguel Rebosio al terminar el encuentro. El defensa peruano tuvo que sustituir a Cuartero a los 35 minutos de juego por lesión del capitán y logró el único tanto zaragocista de un potente disparo desde fuera del área.

"Los tres partidos que quedan han de ser los partidos de nuestra vida", añadió el Conejo Rebosio que, como todos sus compañeros, se mostró abatido por la derrota y sumamente preocupado por el futuro inmediato del equipo. En esos tres partidos que restan para el final del campeonato deberá sacar, al menos, tres puntos para sellar la permanencia. "Hemos pasado una jornada más sin puntuar y ahora tenemos que conseguir los tres o cuatro puntos que nos faltan en tres jornadas", comentó Fernando Soriano.

"Hemos estado bien plantados sobre el terreno de juego, pero se han adelantado muy pronto", consideró Cuartero, añadiendo que la lluvia, que no cesó en los 90 minutos de encuentro, había perjudicado el juego del Zaragoza. "El campo estaba muy rápido y eso ha hecho que nuestros pases fueran imprecisos", justificó el capitán. "La permanencia siempre ha estado en casa, desde el principio, y sigue siendo así. Ahora hay que ganar al Osasuna, que no será fácil", concluyó Cuartero, que todavía ha de conocer el alcance exacto de su lesión.

El capitán zaragocista se marchó del terreno de juego a los 35 minutos tras un fuerte choque con Munteanu en su rodilla derecha. "Me ha dolido mucho, aunque afortunadamente las molestias van remitiendo poco a poco. Me ha pillado con la rodilla doblada y me ha hecho mucho daño", explicó Luis Carlos Cuartero, preocupado con la situación del equipo, que se ha visto complicada tras la derrota en Albacete.

CERCA DEL EMPATEFernando Soriano jugó algo más de media hora en la segunda parte, en el segundo partido consecutivo en el que puede participar con el equipo tras la llegada de Víctor Muñoz al banquillo. "No me ha sorprendido, porque el entrenador decide con quién cuenta y todos podemos jugar en un momento determinado. Yo sólo he intentado hacer lo que él me ha pedido", manifestó el canterano, que también tenía la mirada puesta ya en el futuro. "Cuando más cerca estábamos del empate, encajamos el tercero. Estos cuatro partidos eran cuatro finales y hemos perdido la primera. Ahora ya no podemos fallar", sentenció Soriano.

"Ha sido una tarde bastante aciaga, se nos está compicando bastante la situación. Al menos nos han acompañado algunos resultados", lamentó David Villa, que no pudo marcar ningún tanto a pesar de la titánica lucha mantenida bajo la lluvia con los dos centrales manchegos. "No ha sido especialmente duro. Creo que nos ha pesado demasiado el primer gol y, cuando mejor estábamos jugando, hemos encajado el segundo", comentó el asturiano, que concluyó su análisis con una frase que han de repetirse todos los jugadores hasta hacerla cierta si quieren alcanzar la tranquilidad: "No podemos perdonar ante el Osasuna".