Cierto, Senna era un mito, todo un mito, pero yo le derroté".

Hubo un momento en que Michael Schumacher estalló. Fue días antes de que se celebrase el 10º aniversario de la muerte en accidente, el 1 de mayo de 1994, del astro brasileño en Imola.

Schumi, que es el piloto más grande de la historia, tuvo que oír durante esos días un montón de comparaciones. Es más, hasta Bernie Ecclestone, el patrón de la F-1, se atrevió a hacer un pronóstico polémico: "A igualdad mecánica, con el mismo coche, Senna hubiese derrotado a Schumacher, seguro".

Seguro no hay nada en esta vida. Y menos que Schumi hubiese sucumbido a la aureola de Magic . Viendo los números del alemán cuesta mucho creer que el hexacampeón del mundo hubiese visto truncada su carrera a manos del brasileño.

Schumacher, que es desde hace tiempo el único piloto superviviente de la parrilla de 1991, fecha en que se inauguró el Circuit de Cataluña, empezará a celebrar hoy su gran premio número 200. Durante esos 200 grandes premios, Schumacher, que llega a BCN tras un póquer de triunfos en el 2004, ha hecho cosas tan impensables como superar, con 11 victorias en el 2002, los nueve triunfos conquistados en un mismo año (1992) por el británico Nigel Mansell. O sumar 24 podios consecutivos entre el 2001 y 2002, 15 más que el mítico británico Jim Clark (1963). O salir en 95 ocasiones en primera fila, cuando Senna sólo logró salir en 87 ocasiones en esa línea.

O conseguir 17 triples (pole position, victoria y vuelta rápida) en un mismo gran premio, cuando Clark detuvo su cuenta en 11. O subirse en 126 ocasiones al podio (74 victorias, 34 segundos puestos y 18 terceros), por 106 de Senna.

Y así tantas marcas, tantos records, como se quiera. Nadie ha sumado más kilómetros como líder que Schumi (19.598) O acaparado tantos puntos: 1.078, por 798,5 de Alain Prost, otro monstruo de la F-1 conocido como el profesor .

Eso sí, le faltan siete pole position para igualar las 65 de Magic Senna. O ganar en México y Kyalami (Suráfrica), únicos circuitos en los que ha corrido y no ha ganado, pues sus 74 victorias se han producido en 18 países diferentes. El último, en Bahrain. Ha ganado seis veces en Francia (Magny-Cours), Bélgica (Spa) y Canadá (Montreal). No hay duda: son los 35 años mejor invertidos de la historia del deporte mundial, en prestigio, en dinero, en popularidad.

Absolutamente nadie del paddock de la F-1 se atreve a pronosticar cuánto tiempo le queda a Schumi entre la élite de la F-1. Es evidente que el comentario más oído en el gran circo es que, dado su portentoso estado de forma --allí donde va Schumacher se lleva su inmenso gimnasio rodante para no perderse ni una sola sesión de ejercicios--, el hexacampeón del mundo podría seguir en activo tantos años como quisiera.

No será así y tanto el mercado como la scuderia ya está estudiando la fórmula de no acusar, de pronto, la baja de su máxima estrella. "No podemos dormirnos, hemos de analizar todos los datos todos los días y estar muy atentos a los jóvenes valores del Mundial. Habrá un día que Schumacher ya no esté y, en ese instante, hemos de tener el recambio a punto", sentenció, en Imola, Ross Brawn, uno de los grandes cerebros de Ferrari. Fernando Alonso está en la quiniela, por supuesto.