Ha sido un mercado de mínimos para la Sociedad Deportiva Huesca y con el síndrome del estudiante: mucho trabajo para última hora, con prisas y sin todos los deberes cumplidos, si bien será la competición la que dictaminará si da para aprobar la temporada o si, en cambio, no da para salvarse en Primera División.

El equipo altoaragonés cerró la jornada con solo una incorporación, la del central eslovaco de la Lazio Denis Vavro en calidad de cedido, y ninguna de las perseguidas bajas. Ni Eugeni Valderrama, que no contaba lo más mínimo para el club, Míchel y Pacheta y que era el gran elegido para hacer espacio en la plantilla y salarial; ni Damián Musto, que había regresado de su cesión en Brasil; ni Luisinho, que también tenía papeletas para marcharse dado el buen rendimiento de Javi Galán y el comodín de Gastón Silva. De todos modos, el mercado argentino cierra más tarde y el Huesca intentará colocar a Musto allí.

Un solo movimiento hizo ayer el Huesca, que se suma al del domingo, la cesión de Nwakali al Alcorcón. La entidad, por convicción o necesidad, confía mucho en la actual plantilla y en que Pacheta sea capaz de liderar la remontada oscense desde el farolillo rojo de la tabla. Apenas una incorporación y una baja, pero es la realidad ya no solo del club azulgrana, sino de la mayoría de clubs que han visto su capacidad económica mermada por la pandemia.

El gran objetivo para el cuadro altoaragonés era la incorporación de un medio, un jugador con recorrido que aliviase de minutos a Mosquera, que tuvo que parar por obligación por una lesión muscular, y a Mikel Rico, pero la irrupción de dos jugadores como Doumbia y Seoane han propiciado un cambio de planes. O más bien de prioridades. El marfileño ha disputado 165 minutos en los dos últimos encuentros y el madrileño ha hecho pleno con Pacheta: tres choques completos de tres posibles.

Así que por el cambio de sistema implantado por Pacheta el puesto clave pasó a ser el centro de la zaga, donde surgió la opción de Vavro para acompañar a Pulido, Siovas, Gastón Silva e Insua. Ahora serán cinco centrales, pero se repartirán tres puestos siempre y cuando este nuevo esquema tenga continuidad con el preparador burgalés.

Vavro es un central eslovaco de 24 años, internacional, alto (mide 1.90), poderoso en el apartado físico y en el juego aéreo. Su progresión era bastante prometedora hasta su llegada a la Lazio, que pagó 10 millones por él al Copenhague danés, pero apenas ha tenido oportunidades con Inzaghi y además, ha tenido problemas de pubis ya olvidados.

En la delantera la entidad ha considerado que es suficiente con lo que hay. Rafa Mir está en pleno estado de efervescencia tras sus tres goles contra el Marchamalo y el Valladolid, Sandro regresó ayer a los entrenamientos, Escriche ha ganado protagonismo con Pacheta y Okazaki, aunque no está viendo puerta, hace una buena labor de apoyo a Mir.

De once a dos

De todos modos, la tranquilidad de este mercado contrasta con lo que se vivió en enero del 2019, tanto durante todo el mes como en el último día. Aquel 31 de enero el Huesca, en una operación conjunta con el Málaga, trajo cedido al mediapunta venezolano Juanpi Añor y a cambio se fueron a La Rosaleda Brezancic con la carta de libertad y el portero Werner cedido por el Atlético. Además, también se incorporó a préstamo a Diéguez, del Alavés.

Sin embargo, antes ya habían llegado futbolistas que fueron muy importantes pese a no cumplir con el objetivo final, que fueron Yangel Herrera cedido y Enric Gallego y Javi Galán traspasados. Además, antes hicieron las maletas Lluís Sastre, Semedo, Longo y Gürler.