Ayer todavía fue un día de resaca, dulce resaca. De seguir regodeándose en fotos y vídeos, de rememorar una y otra vez las celebraciones, la fiesta. Porque el Tecnyconta alcanzó por segunda vez en su historia unas semifinales de la Liga Endesa y lo hizo de forma brillante. De las cuatro eliminatorias de cuartos de final, la del equipo aragonés fue la única que acabó con sorpresa porque el Tecnyconta no solo fue capaz de arañar una victoria a un rival muy superior sino que dejó en la cuneta al subcampeón de la Liga Endesa con un contundente 2-0.

Tecnyconta y Baskonia se han visto las caras en 23 partidos oficiales, 20 de Liga regular, 2 de playoff y uno de Copa del Rey. El equipo aragonés le ha ganado en 7 de esas 23 ocasiones y tres de ellas han sido este curso. En esta campaña 2018-19 el equipo de Porfirio Fisac le ha superado en tres de los cuatro partidos que ha disputado al de Vitoria. Casi nada. El Tecnyconta se impuso en el Príncipe Felipe en la Liga regular en uno de los partidos que sirvió para espolear definitivamente al equipo y cimentar su fe para alcanzar el sexto puesto. Después le ha pasado por encima en un playoff que se ha desarrollado como en los mejores sueños de cualquier aficionado.

Más datos para la historia. El conjunto zaragozano ha igualado su número de triunfos en un playoff. Solo había disputado dos hasta la fecha, en las temporadas 2012-13 y 2013-14. En su primera incursión superó al Valencia (de Velimir Perasovic, por cierto) en cuartos de final por 2-1 y cayó en semifinales ante el Real Madrid por 3-0. En su segunda campaña chocó directamente contra el equipo de Pablo Laso y se despidió con un 2-0 en cuartos. Este curso, en su tercera experiencia en unas eliminatorias por el título, se mantiene invicto con el 2-0 endosado al Baskonia.

La principal diferencia con respecto a hace seis años es que en esta ocasión el Tecnyconta ha hecho historia en casa y lo ha podido celebrar con su gente. Equipo y afición se merecían una jornada como la del domingo en la que poder sufrir y celebrar juntos un hito de semejante calibre. 9.622 espectadores tiñeron de rojo el Príncipe Felipe y llevaron en volandas a su equipo, convirtiendo el final en una gran fiesta en el que la plantilla, como el día de Manresa, tuvo que dar la vuelta de honor.