El surcoreano Kim Un-Yong, vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI) fue condenado ayer por un tribunal de Seúl a dos años y medio de cárcel por malversación de fondos y soborno cuando dirigía la Federación Mundial de Taekwondo.

Kim, de 73 años, que fue arrestado el pasado mes de enero mientras estaba en el hospital, ha sido hallado culpable de malversar 2,3 millones de euros al frente de la Federación Mundial de Taekwondo y de aceptar sobornos.

Kim es uno de los cuatro vicepresidentes del COI, pero estaba suspendido de sus funciones desde que se abrió la investigación. Entró en el COI en 1986, después de haber sido uno de los principales artífices de la concesión de los Juegos de 1988 a Seúl. En sólo seis años accedió a la vicepresidencia.

Vivió su peor momento en 1999, cuando, tras destaparse los casos de corrupción relacionados con la concesión a Salt Lake City de los Juegos de Invierno de 2002, Kim fue amonestado por el propio COI. Sus hijos se habían beneficiado de su posición para conseguir trabajo en Estados Unidos.

Pese a la amonestación, no perdió su posición de privilegio en el COI y en 2001 se presentó candidato a la presidencia para sustituir a Juan Antonio Samaranch. Fue el belga Jacques Rogge el que ganó, pero Kim fue el segundo más votado entre cinco aspirantes. Su regreso a las altas esferas del olimpismo se confirmó en julio de 2003, cuando volvió a ser elegido para otro mandato.