En el estado de Victoria ayer seguían activos una veintena de incendios provocados por las altas temperaturas --el termómetro volvió a marcar los 42 grados a la sombra--, pero eso no impidió que en las pistas del Melbourne Park se siguiera jugando al tenis gracias a que la humedad ambiental permitía rebajar los 40 grados que obligarían a suspender los partidos en las pistas exteriores y jugar bajo techo en las centrales.

Bajo esas condiciones, Novak Djokovic pasó a tercera ronda cediendo solo ocho juegos ante el argentino Leonardo Mayer (6-0, 6-4 y 6-4). El campeón serbio sufrió en el 2009 los efectos de una ola parecida de calor --ese año hubo 173 muertos y 250 incendios en Victoria-- y abandonó su partido de cuartos de final ante Andy Roddick. "Entonces era más joven. Ahora he aprendido de esas situaciones. Soy más fuerte física y mentalmente", explicó el número 2 mundial, que sumó la 26ª victoria consecutiva desde que perdió la final del Abierto de EEUU ante Nadal en septiembre pasado.

Una mayor resistencia encontró David Ferrer en su duelo con Adrian Mannarino, al que derrotó en cuatro mangas, por 7-6(2), 5-7, 6-0 y 6-3. El tercer mejor tenista del mundo se enfrentará en tercera ronda al galo Jeremy Chardy, verdugo del ucraniano Dolgopolov. Berdych y Wawrinka también avanzaron.

NADAL, AL SOL El número 1 tampoco se salvó de sufrir los rigores de la ola de calor, como hizo en su debut. La organización decidió que la pasada madrugada jugase contra el australiano, Thanasi Kokkinakis (570 mundial), en la central Rod Laver Arena a las dos de la tarde (4.00 horas en España), aunque ese partido, inicialmente, estaba programado en el último turno de la central a las nueve de la noche. A última hora se sustituyó por el partido entre Andy Murray y el francés Vincent Millot. Alguien debió considerar que se estaba sobreprotegiendo a Nadal.