El pasado 10 de marzo del 2001 fue una jornada histórica para el Stadium Casablanca. Ese día se inauguró su pabellón polideportivo. En ese mismo lugar había antes una pista de atletismo de tierra de 300 metros de longitud con un campo de fútbol en su interior. Fue aquí donde se vivió un momento memorable para la historia del atletismo aragonés. Fue el día de San José de 1967 cuando Pascual Banzo batió el récord de España de lanzamiento de disco. El zufariense dio un latigazo a su brazo y mandó el artefacto hasta los 52,12 metros.

Este año se ha cumplido el 50 aniversario de esta gesta. El Stadium Casablanca colocó la estatua de un discóbolo en una de las esquinas del pabellón en su inauguración. Pero es una de las casualidades de la vida. El deportista es anónimo y nada tiene que ver con Banzo. La plusmarca del lanzador zaragozano es el segundo récord de Aragón más antiguo. Le supera el de Alberto Esteban, que corrió los 800 metros lisos en los Campeonatos de Europa celebrados en Budapest en 1.47.4 un 4 de septiembre de 1966.

En chicas la plusmarca más añeja es mucho más moderna. Fue el salto de Mónica Calvo en altura en Madrid en el año 1988. La atleta nacida en Esplús y formada en el Centro Atlético Monzón dio un brinco de 1,81. Nadie ha podido batir la marca de Alberto Esteban en 51 años. Ni Carlos García, Diego González o Felipe Carnicer. Y en el disco Antonio Morón se acercó hace once años hasta los 50,69. «Hay un chico de la categoría promesa que se llama César Larrosa que es el único que me lo puede batir. Para eso tiene que ser ambicioso y entrenarse con mucha dureza», explica Alberto Esteban.

El mediofondista reconoce que «para hacer esas marcas hay que venir más de los 400 metros lisos. Es el ejemplo de Kevin López y Antonio Reina. Hay que tener una velocidad innata y Carlos García corrió en 1.47.98, pero era fondista», explica Esteban. Recuerda como si fuera ayer su actuación en ese Campeonato de Europa. «Pertenecía al Real Zaragoza. Se disputaron tres carreras en cuatro días. Llegaba en forma después de una concentración en Volodalen, en Finlandia», indica.

En la final Esteban salió en cabeza a toque de corneta. «Era muy ambicioso y salí en cabeza. El primer 400 fui primero a un ritmo muy rápido. Pero al final acusé el esfuerzo y llegué el séptimo a la meta», recuerda. Esa marca la realizó en pista de ceniza, por lo que sus 1.47.4 valen su peso en oro. «Recuerdo que a veces corríamos un 800 después de que se hubiera disputado un 10.000 lisos y quedaba la pista llena de agujeros. Se corría muy mal así y con zapatillas con clavos largos. El tartán lo conocí cuando era mayor», explica Esteban.

Esteban pertenecía a un grupo de atletas aragoneses de gran calidad encabezados por Alfonso Carlos de Andrés, Pablo Cano, Luis María Garriga, Pedro Pablo Fernández y el propio Pascual Banzo. Pudo ir a los Juegos de México el año 1968, pero tuvo que renunciar debido a una lesión en su tendón de Aquiles. «Con los años han cambiado los sistemas de entrenamiento y ha mejorado la medicina deportiva. Con las lesiones que tuve me habría recuperado. Pero antes se entrenaba mejor que ahora».

Esteban nació en el barrio zaragozano de la Magdalena. Perteneció al San Fernando, Real Zaragoza, Atlético de Madrid y Tajamar. En el año 1960 se fue a Barcelona y desde 1966 vive en Madrid. Siempre le preparó José Manuel Ballesteros. Era un mediofondista ligero, valiente y con un magnífico estilo. «Siempre me gustaba llevar el ritmo de la carrera. Me tuve que dedicar más al 1.500 que al 800 lisos puesto que esta distancia se me quedaba corta. Salía siempre fuerte y tenía un buen cambio de ritmo en los últimos 300 metros», explica.

En su historial destacan el oro de los Juegos Iberoamericanos en Madrid el año 1962 y la plata en los 800 lisos del Europeo indoor de Madrid el año 68. «Le llegué a batir el récord de 800 a Tomás Barris en París con 1.48. También hice el récord de España de la milla con 3.59.2 y mi mejor marca en el 1.500 fue de 3.41.3», afirma el zaragozano.

Vive en la zona norte de Madrid, fue profesor de Educación Física y adjunto del sector de mediofondo en la Federación Española. Ahora está jubilado. Tiene dos hijas y cuatro nietos. Desde que se retiró no ha vuelto a correr. «Estoy fastidiado del tendón de Aquiles. Como vivo en un piso 12, subo y bajo andando y también hago gimnasia y con eso me vale», afirma.

El próximo 6 de enero cumplirá los 75 años. Tiene una gran calidad de vida. Ahora su pasión es el golf y el mus. «El golf lo practico cuatro días a la semana con cuatro amigos en el Puerta de Hierro y el Centro Natación de Golf. Hay épocas que todo me sale fenomenal y en otras lo hago fatal. Después nos echamos unas cervecitas y jugamos unas partidas de mus. Tengo un compañero de partida muy bueno y por eso ganamos con bastante facilidad», explica con humor.

Pasan los años, pero Pascual Banzo sigue siendo un dandy. Vestido de manera elegante, recuerda aquel glorioso 19 de marzo de 1967 en el Stadium Casablanca donde batió el récord de España de lanzamiento de disco. «Por aquel entonces estaba en el San Fernando y llevaba dos años entrenando con el doctor Ruiz de Porras en la residencia Blume de Barcelona. Le dije que podía batir el récord de España de 51 metros a Miguel de la Cuadra Salcedo. No había pruebas en Barcelona y nos desplazamos a Zaragoza», recuerda Banzo.

El momento del tiro

Entonces se fueron a las pistas de la Ciudad Universitaria. «Pero hacía mucho aire y las pruebas se suspendieron. Era una pena, pero esa oportunidad no la podía dejar escapar. El señor Vela me dijo que había suficientes jueces para trasladar la prueba al Stadium Casablanca. Era la primera vez que competía en esas pistas». En el club recibieron el aviso y se movilizaron los voluntarios marcando la pista. Las casualidades de la vida hicieron que la participación de Banzo coincidiera con la presencia de Juan Antonio Samaranch en las instalaciones. Por aquel entonces el presidente del Comité Olímpico Internacional era el Delegado Nacional de Deportes.

El aire en contra fue agua bendita para Banzo. «Me benefició bastante y en el segundo tiro me fui hasta los 52,12. Lo lancé a contraviento. Si el círculo de lanzamientos hubiera estado colocado a favor de viento, no se podría haber lanzado. En contra el viento te lo mantiene y puedes ganar hasta dos metros. Pero hay que hacerlo con la altura adecuada y aguantar hasta el final con una fuerza tremenda. El americano Sylvester era un especialista».

En esa competición también lanzaron Vela, Buitrón y Esteban. «Cuando logré la marca salté loco de contento. Los tiros siguientes fueron más flojos. También me dio la enhorabuena Juan Antonio Samarach, que fue el mejor que ha habido», afirma rotundo.

Pascual Banzo nació en Zuera hace 72 años. Agustín, su abuelo y Abdón, su padre, lanzaron barra aragonesa. «Fue cuestión de genes», dice convencido. Empezó a lanzar viendo una película del NODO sobre Miguel de la Cuadra Salcedo. «A los 15 años empecé a lanzar solo en Zuera. Me asesoraron Barrachina, presidente de la Federación y después Jesús Cuartero». Después emigró a Barcelona y se convirtió en atleta catalán y fichó por el Club Natación Barcelona. «Fue en Serrahima donde hice mi mejor marca. Fueron 54,80, tenía 24 años y lo mantuve hasta 1974, que me lo batió Sinesio Garrachón». Reconoce que físicamente era «poca cosa para ser lanzador. Pesaría 85 kilos y lo basaba todo en la técnica y la velocidad», reconoce.

Llegó a ser seis veces campeón de España. «Podría haberlo sido 20 veces, pero empecé a trabajar en una entidad bancaria. No fui olímpico porque me quedé a 20 centímetros de la marca que pedía el COI para competir en México». Años después fue entrenador de lanzadores. «Pero lo dejé hace ocho años. Es una labor buena, pero un poco ingrata. Me cansaba mucho. El invierno se me hacía pesadísimo y el verano muy caluroso», dice el zufariense.

Su gran pasión es el bel canto. Ya ha grabado varios discos. «Llevo un alumnado al que le doy clases de vocalización y estoy contentísimo. Ayudo a grupos musicales. Y en cuanto a mis ídolos, los que más admiro son a Plácido Domingo, Pavarotti y José Carreras. Pero sin olvidar a Miguel Fleta», afirma rotundo Banzo.