Atenas pone hoy en pie el mayor milagro olímpico jamás contado, al menos en la era moderna de los Juegos. La capital del país que dio al mundo el fenómeno olímpico vuelve a acoger unos Juegos 108 años después de su restauración, y lo hace con el orgullo de quien ha tenido que invertir sangre, sudor y lágrimas en culminar un reto para el que muchos dudaban de que la ciudad, y toda Grecia, estuviera preparada. La ceremonia inaugural de este tarde (19.40 horas, TVE-1), que lógicamente pretende unir la larga historia del legendario país con signos de la más absoluta modernidad, será sólo el primer peldaño de una fiesta que se prolongará hasta el día 29.

Pero después de superar tantas penurias, de despejar tantas incógnitas, de acallar tantas críticas, de responder a tantas dudas, Atenas no quiere que el éxito se quede en haber sido capaz de llegar a tiempo a una cita que muchas veces pareció en serio peligro. Entre una marea de felicitaciones y parabienes, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el belga Jacques Rogge, fue el primero en recordarlo. "Estamos muy satisfechos de los preparativos, pero lo más difícil serán las próximas dos semanas", aseguró ayer el hombre que sucedió a Juan Antonio Samaranch al frente del organismo en julio del 2001.

"¿Cómo lo han hecho?"

El reto no ha acabado. No ha hecho más que comenzar, pero ayer la responsable de lo que se ha dado ya en llamar el milagro griego , Gianna Angelopoulos-Daskalaki, recibió todas las felicitaciones posibles de la integridad de los miembros del COI al término de las reuniones previas a los Juegos. "Lo que he visto en Atenas es un milagro, ¿cómo la han hecho?", aseguró uno de los cardenales olímpicos, el nigeriano Henry Adefope. "Pido disculpas de todo corazón por mi pesimismo inicial", añadió, compungido, el italiano Mario Pescante.

El coordinador del COI en Atenas, el suizo Denis Oswald, fue igualmente elogioso en su valoración: "No hay ningún proyecto esencial para los Juegos que no esté hecho. La organización ha alcanzado un estatus con el que hace un año sólo podíamos soñar".

Sin olvidar las dos semanas que se le vienen encima, Gianna Angelopoulos no sólo encajó los parabienes sino que, en su último informe ante el plenario del COI, quiso dejar una muestra del orgullo que ha hecho posible que, en sólo tres meses, las obras que parecían inacabables presenten ahora un aspecto inmejorable. "Muchos se han sorprendido de la Atenas que han descubierto estos días. Pero el mundo entero descubrirá que los griegos modernos tienen las mismas ambiciones y cualidades que los antiguos. Cuando hacemos una promesa, la cumplimos", dijo la presidenta de Atenas 2004, que enfatizó los "cuatro años de disciplina, trabajo en equipo y orgullo griego" que han contribuido a crear "una verdadera ciudad olímpica en Atenas".

Los Juegos del milagro griego entran hoy en escena. La satisfacción en la llamada familia olímpica es generalizada. "Atenas ha demostrado que se puede llegar a tiempo", reconoció Rogge, aprovechando el ejemplo griego para lanzar un aviso a Turín, la ciudad alrededor de la cual Italia organizará los Juegos de invierno del 2004, dentro de 17 meses. Turín va atrasada; Pekín-2008, muy adelantada, y Atenas está al punto, aunque las alertas siguen activadas en todos los ámbitos: organización, seguridad, lucha antidopaje y guerra a la corrupción que ha salpicado al COI en las semanas previas.

"Estamos muy satisfechos de los esfuerzos que ha realizado en materia de seguridad el Gobierno griego", recordó Rogge sobre el despliegue de unos 70.000 hombres y la inversión de más de 1.000 millones de euros para intentar evitar cualquier tipo de incidente. En cuanto al dopaje, la constante aparición de nuevos casos no arredra a los responsables de luchar contra ellos. "Todavía aparecerán muchos más casos", reconoció Rogge.