—Dicen que usted tiene una fuerte personalidad. Perdió el derbi contra el Grasshopper por 5-0 y la mayoría de los futbolistas esquivaron a la prensa, sin embargo usted quiso dar la cara.

—Es lo menos que se puede hacer por los fans y todas esas personas que hay detrás. Pierdes contra tu máximo rival, entiendo que es lógico que se den explicaciones. A veces uno piensa demasiado, pero el futbolista tiene también que saber dejarse llevar.

—¿Cómo fueron sus primeros contactos con Lalo Arantegui?

—Cuando Lalo contactó conmigo me expuso desde el primer momento el objetivo del proyecto que llevaba entre manos. Quería hacer un equipo joven y de futuro cuyo objetivo no era otro que ascender a Primera División. Hablando con él me dijo que me conocía desde el 2014, me vio en el partido que jugamos con el Zúrich en Villarreal.

—En apenas seis meses ya habla castellano con soltura, su adaptación a la cultura española está siendo bastante rápida.

—El español es un idioma que me gusta, desde el primer momento que llegué aquí quería aprender el idioma cuanto antes. Ya no solo por querer saber más la lengua, un futbolista está obligado a adaptarse al país donde está y a su cultura. Es indispensable para rendir mejor.

—¿Cuántos idiomas habla?

—Hablo cuatro idiomas, alemán, suizo-alemán, inglés y, ahora, español. Estudié francés en la escuela pero lo he olvidado todo. El español lo llevo bastante bien, pero tengo que mejorar en la conjugación de los tiempos pasados.

—¿Cómo ha vivido el cambio de vida entre Suiza y España?

—No hay un choque cultural muy elevado con respecto a Suiza. Aquí la gente es mucho más abierta, la comida y el tiempo están muy bien. Quizás el calor que hacía en verano era algo asfixiante, por las noches no podía dormir porque mi aire acondicionado estaba roto y el calor era muy duro. Las primeras semanas no pegaba ojo.

—¿Cree que el ritmo de la competición española le ha podido pasar factura?

—Puede que al principio me haya costado adaptarme, pero he jugado partidos de Europa contra el Villarreal y más ritmo que ahí es difícil que pueda haber. Hay que saber adaptarse a un fútbol diferente, sin embargo yo pienso que tengo cualidades que encajan con este tipo de campeonato.

—Al principio comenzó jugando con regularidad. Sin embargo, hasta el pasado partido frente al Lugo disputó once minutos en los últimos ocho partidos. ¿Cómo vivió esta situación?

—Ante el Huesca no lo hice bien, ninguno rendimos correctamente. A partir de ahí jugué menos, pero es el míster el que tiene la responsabilidad de elegir los jugadores que crea que mejor van a ayudar al equipo. El dijo que iba a jugar menos y para mí fue muy difícil porque es una situación que me afectó. Pero ahora creo que tendré más protagonismo ya que me esfuerzo mucho cada día.

—¿Tuvo muchos problemas físicos?

—No, no he tenido nada especial. Cuando jugaba miraba mis estadísticas y muchas veces he sido el que más ha corrido.

—Frente al Lugo hizo un sombrero nada más salir y, además, marcó un golazo de falta y da un travesaño. Fueron unos minutos soberbios.

—Sentí que volví a debutar. Se trató de un partido importante para mí. Sé que va a haber buenos momentos en la temporada de la misma forma que ha habido malos. No soy un jugador que se acostumbre a anotar goles, pero suelo marcar algún gol de falta directa.

—Están usted y Zapater. Buena pareja para lanzarlas.

—Zapa le pega muy bien, sus disparos están llenos de potencia. Los míos, quizás, van más colocados. A mí me gustan más los lanzamientos más cercanos al área, pero es muy buena noticia para el equipo que estemos dos lanzadores así.

—¿Qué le transmite Natxo González en los entrenamientos?

—Una semana antes del partido entrené muy bien. El míster habló conmigo antes del partido y me transmitió su confianza. Me dijo que creía en mí y que aún tenía mucho que ofrecer. El triunfo en La Romareda no fue solo mío, todo el equipo rindió muy bien, pero también me lo facilitó el rival. Cuando un equipo deja espacios y no se cierra atrás yo puedo tener una mayor presencia. Posiblemente no hubiera jugado igual contra el Alcorcón.

—¿Qué le faltó al equipo en el primer tramo de Liga?

—Creo que no hemos tenido mucha suerte en varios encuentros. Posiblemente nuestro juego ha merecido muchos más puntos, pero es cierto que en los últimos partidos que disputamos a final de año no jugamos a un buen nivel. Ahora estamos en un momento positivo y tenemos que tratar alargarlo.

—¿Cree la plantilla que el objetivo sigue siendo mirar arriba?

—Todos nosotros miramos arriba. Sabemos que estamos aún lejos, pero estamos mejorando y los resultados nos están acompañando. Estamos en la buena dirección y podemos aspirar a más. Queremos subir, pero tenemos que ir partido a partido.