Esmorís era ayer el chico nuevo de la clase. Y como marca el rito del recién llegado, él captó la atención de todas las miradas que desde hace tiempo esperaban una cara nueva. Tras una larga búsqueda entre un mercado seco, el CAI ha contratado para la causa a este 4 gallego pelirrojo curtido en mil batallas en ACB y LEB. Proviene cedido de un Caja San Fernando donde se ha cansado de esperar su oportunidad. Quería jugar y Zaragoza le ofrecía este regalo con la apetitosa guinda de un posible ascenso. "Empiezo una etapa ilusionante. No estaba cómodo en Sevilla. Me sentía a gusto en la ciudad, con mis compañeros y, aunque me sentía capaz de ayudar, no jugaba lo que quería", dijo ayer Esmorís (29 años y 2.04). El gallego conoce poco del CAI: "Los vi por la tele contra el Plasencia. Me gustaron, aunque perdieron". Debutará el domingo ante Los Barrios.

Aunque su nombre circulaba por los mentireros del mercado desde hace casi dos meses, el gallego afirma que hasta hace cuatro días no le llegó un interés oficial. Poco tiempo tardó en deshojar la margarita. O calentaba banquillo en Sevilla (6 minutos de media para un 1 punto) o emigraba a Zaragoza. Esmorís tragó con la LEB porque el destino le llevaba a Zaragoza. "Desheché una oferta de Gijón y eso que tengo allí casa. Para mí el CAI es algo más que un LEB. Me siento un jugador ACB, lo he demostrado durante años, y siento que podría haber hecho más en el Caja", reconocía ayer Esmorís.

EXPERTO EN ASCENSOS De encontrar el tesoro de la ACB depende en buena medida su futuro. En verano quedará libre y un buen papel en el CAI le podría valer de aval para proseguir en Zaragoza. "Es algo muy atractivo. Pero eso dependerá de que las cosas salgan bien y de que estén contentos conmigo", explicó Esmorís, que ya sabe lo que es superar el escalón que separa a la LEB de la ACB. Fue en Gijón, en la campaña 98-99. "Era un equipo joven, donde no destacaba nadie, quizá Scola. Y había muy buena química en el vestuario. Es una liga complicada y no se puede asegurar el ascenso nunca. Hay que trabajar con mucha calma", comentó el ala-pívot, que en ese año promedió 11 puntos y cuatro rebotes en 23 minutos.

Esmorís se formó en el OAR Ferrol con el que debutó en la ACB (1992). Tras un paso por Gerona, bajó por Tenerife (97-98) a la LEB y luego a Gijón. Cuatro buenas temporadas en Asturias le llevaron al Caja el año pasado. El se define como un jugador polivalente en ataque y sacrificado en defensa. "Me gusta defender agresivo y en ataque ser polivalente. Si me defiende un hombre alto salgo a tirar de tres, si no posteo. No me inquieta la presión y si me la tengo que tirar, lo haré", explicó José Ramón Esmorís.