La segunda espera en La Cartuja. Así titulaba ayer su suplemento especial el Diario de Sevilla, dedicado a la final de la Copa Davis que España y Estados Unidos jugarán en el estadio de La Cartuja el próximo fin de semana. El ambiente de euforia que rodea al equipo español para ganar por segunda vez la ensaladera es el primer obstáculo que deberán asimilar estos días Carlos Moyá, Juan Carlos Ferrero, Tommy Robredo y Rafael Nadal.

"Todos queremos ganar la Copa Davis y para mí, personalmente, es la oportunidad que se me escapó en el 2000", decía Moyá en un clinic que realizó con Nadal en San Juan de Aznalfarache, en las afueras de Sevilla. Una treintena de jóvenes pudieron pelotear durante media hora con los dos tenistas y hacerles preguntas sobre la final. El número uno español dijo estar preparado para ganar a Andy Roddick. "Le tiraré al revés e intentaré que corra lo máximo. Creo que en tierra y a cinco sets tengo más opciones de ganarle".

A su lado, Nadal le escuchaba como si fuera uno más del clínic , posiblemente recordando que no hace mucho tiempo él también estuvo al otro lado de la red. Nadal, que tiene el honor de ser el tenista más joven de la historia del tenis español en debutar en la Copa Davis (lo hizo este año ante la República Checa con 17 años, 8 meses y 3 días), confesó su ilusión por estar en Sevilla. "Participar en la final es lo más grande que me ha pasado. Estoy preparado", dijo el mallorquín, quien en principio sólo jugará el doble.

VISITA Como ellos, sus compañeros también aprovecharon la tarde para cumplir con los patrocinadores en un centro comercial de Nervión, Robredo, y la inauguración de un hotel, Ferrero. Por la mañana, el equipo había estado entrenado en La Cartuja, donde recibió la visita del secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky. "He visto al equipo compacto, muy bien y con ganas y, si se me permite, con buen rollito; ahora sólo hace falta ganar", dijo.