De la nada al todo en tres escasos años. Jesús Olmos practicó la bicicleta durante catorce años. Ganó el Campeonato de Aragón élite, sub-23 y master. Pero un día Sheila, su esposa, le regaló unas zapatillas y Olmos se puso a correr. Eso fue en el invierno del 2017. En tan escaso tiempo la progresión del que todos denominan el atleta-frutero ha sido espectacular. El pasado sábado se produjo la explosión del fondistas preparado por José Luis Mareca. Olmos se impuso en el Campeonato de España celebrado en la localidad navarra de Tudela. «Me lo dicen hace un año y me hecho a reír. El secreto puede que haya sido la continuidad y el sacrificio», afirma el flamante campeón.

«Mis amigos me dicen que cuide con lo que sueño, que al final se cumple», explica el atleta zaragozano del Añares Rioja. Carlos Mayo y Toni Abadía, sus compañeros de entrenamiento, ven sorprendidos su mejora. Olmos está cada día más cerca de sus cronos. «Hay que ser realista. Nunca llegaré al nivel de Mayo y Abadía. Si ambos abren gas en una carrera me dejan. Pero no es la diferencia de hace tres años», apunta Olmos.

El sábado pasado sorprendió a propios y a extraños en Tudela en el Campeonato de España de 10K. «Firmaba una medalla de bronce antes de la carrera y como mínimo estar entre los diez primeros. Pero el oro ni de coña. Estaba con la quinta mejor marca de los participantes. Chiqui Pérez, que se entrena con nosotros, tenía el mejor crono, pero nos dijo que no iba a correr», indica Olmos.

El recorrido no era el más idóneo para realizar buenos cronos. «Era un circuito urbano muy duro, con muchas curvas y muchas cuestas. Parecía una carrera de pollos con tantas curvas de 180 grados. No quitaron los coches de las calles y nos rozábamos con los retrovisores. El recorrido del CaixaBank 10K Zaragoza del día posterior no tenía nada que ver. Era una autopista», explica Olmos.

La temperatura era ideal y participaron 700 atletas. «La salida fue caótica y cada uno tuvo que buscarse la vida de la mejor manera posible. No se pusieron cajones y gente con marcas mediocres se pusieron entre los primeros puestos. No hubo codazos, pero todo el mundo quería estar delante», dice.

Desde el pistoletazo de salida Olmos fue a la expectativa. Llevaba el ritmo de la prueba Ricardo Rosado. «En el kilómetro cuatro casi me quedo. Iba láctico total. Pero cuando llevábamos siete kilómetros levantaron el pie y pude respirar». En esos instantes iban siete corredores en cabeza y en un grupo posterior el zaragozano Juan Carlos Dutrey. Fue en el kilómetro ocho cuando un atleta marroquí atacó con dureza. «Nos llegó a sacar 15 segundos. Salió a por él Alejandro Jiménez y yo me fui a por él. Le echamos el guante al marroquí y yo a falta de 1.300 metros para la meta hice el ataque definitivo», recuerda.

El atleta-frutero terminó como un cañón. «Acabé el último tresmil en 8.35 y los mil metros finales en 2.50. Llegué alucinado a meta porque no me lo creía y me tiré exhausto en el suelo tras el esfuerzo», explica el fondista.

Olmos terminó con un tiempo de 30.18 y a 11 segundos Alejandro Jiménez, siendo tercero Alberto López con 30.33. El día siguiente Olmos se dio la gran paliza. Salió a tirar a Carlos Mayo cinco kilómetros en la CaixaBank 10K Zaragoza. Pero solo pudo llevarle 3.000 metros. «Ya le advertí a Carlos que llegaría hasta donde pudiera. Había dormido cuatro horas y me había pegado una paliza exagerada en Tudela. En un principio el Nacional 10K era el 2 de junio, pero lo retrasaron».

CURRICULUM

En estos tres años compitiendo Olmos ha ganado numerosas pruebas de 10K. El año pasado ya dio un salto de calidad venciendo en el Cross del Rabal en el Parque Tío Jorge a atletas de la entidad de Alberto Sábado y los Puyuelo. Este año sorprendió ganando el Regional de cross en Huesca ante el abandono de Toni Abadía y disputó el Nacional de cross en Cáceres. «No veo mal quedar el 29º con doce marroquís nacionalizados por delante». Hace una reflexión. «Es triste y una pena cuando hace quince años con De la Ossa esto no ocurría. Pero es la Federación Española la que lo permite. En Aragón el primero fue Marofit, tres puestos por delante de mí, pero poco debe conocer Aragón», dice con ironía.

Ahora empezará a pensar en las pruebas de otoño. «Prepararé el Medio Maratón y los 10K de Valencia y la Behobia-San Sebastián. Pero de la pista no quiero saber nada. La odio y me hundo psicológicamente». Una meta a medio plazo. «Me quedan cuatro o cinco años buenos. Me gustaría ser internacional, pero lo veo complicado. Como dice Cholo Simeone, partido a partido», concluye el mejor de España.