Tom Dumoulin y Nairo Quintana, separados en la general por 2.41 minutos en favor del holandés, disfrutaron de la tercera jornada de descanso echando cálculos ante una semana con abundante alta montaña, con puertos míticos como el Mortirolo, Stelvio y Pordoi, dos finales en alto y una crono final que podría guardar la emoción hasta el último metro. La Mariposa de Maastricht se ha mostrado como un sólido líder, capaz de aguantar en el terreno de Quintana, si bien los puertos ascendidos no han sido los más exigentes, y de arrasar en el suyo: la crono.

Hay quien ve en Dumoulin un corredor similar a Miguel Indurain. De momento, con 26 años, ha exhibido un gran estado de forma y loable comportamiento en carrera, que le ha llevado a contar con una jugosa ventaja de 2.41 minutos sobre Quintana. ¿Será suficiente? Es la pregunta del millón del Giro del Centenario, la que mantiene el interés en lo más alto.

Hoy ya tienen que tener las piernas listas para afrontar la etapa reina entre Rovetta y Bormio, de 227 kilómetros. Espera el Mortirolo, con 12,6 kilómetros al 7,6%, luego el Stelvio (Cima Coppi con 21,7 km. al 7,2) y el Umbrailpass (13,5 km. al 8,4%).