Lo que parecía imposible ocurrió y Garzelli arrebató la Vuelta a Aragón a Menchov en los últimos cien metros de la carrera. Después de cientos de kilómetros de desgaste y de férreo control de la carrera por parte del equipo Illes Balears para disipar toda amenaza sobre el liderato de Menchov, las fundadas ilusiones del ruso se diluyeron ayer en la meta de Vía Univérsitas, y no en la disputa de la etapa, que eso estaba cantado que era un feudo particular de Petacchi, sino en la asignación de las bonificaciones residuales que acabaron donde nunca pensó que pudieran acabar, esto es, en el haber de Stefano Garzelli.

De un modo inesperado y casi increíble, el italiano del Caldirola tuvo la maestría y el acierto de colarse en tercera posición del esprint final para endosarse cuatro segundos de bonificación, empatar a tiempos con Menchov y deshacer la igualada a su favor en base a los puntos obtenidos en los finales de etapa. Nunca antes tuvo más aplicación la reiterada receta ciclista de que una carrera no está ganada hasta que se pasa la línea de meta.

El epílogo para esta Vuelta a Aragón no pudo guardar mayor contrasentido con las previsiones en una edición marcada a fuego por el bloqueo heredado de la ubicación de Valdelinares en la primera jornada. Desde ese día estaba cantado que Garzelli, arropado por un equipo potente, era el máximo rival de Menchov. Se esperaba el golpe de su daga pero era impensable que lo aplicase de una manera tan sibilina. Los italianos, maestros en tantas cosas, hicieron una obra de arte en el último kilómetro de la Vuelta y el pobre Menchov, que no daba crédito a lo ocurrido, se quedó al ver a Garzelli arañar la bonificación como se queda el pringado cuando el experimentado trilero le gana la partida, o como se quedó el guardameta Seaman cuando Nayim le metió el gol en París en el último segundo. Nunca antes, ni en su gélida Siberia, Menchov se había quedado tan helado como en Zaragoza. Un cierre sorprendente y netamente italiano para una edición caracterizada por el control, el marcaje y la sorpresa.

AGUA PARA EMPEZAR La última etapa, entre la factoría Relax de La Muela y Zaragoza, de 149 kilómetros, se abrió bajo una tromba de agua que no marchitó las fe de los ciclistas en ofrecer un ciclismo de altura en el último acto de la carrera. Apenas dada la salida se marcharon por delante Parra (Kelme), Zaballa (Saunier), David López (Baqué) Ferrio (Paternina), Hruska y Contador (Liberty).

El mejor situado en la general era Hruska, a poco más de un minuto de Menchov, que pronto se situó como líder virtual de la Vuelta. La máxima ventaja de los fugados se alcanzó cerca de Cariñena, con un tope de 3.30 sobre el pelotón. A partir de ese punto el Illes Balears forzó el ritmo y tuvo que fundir a Zandio y Tauler para reducir la ventaja de los fugados, que marchaban a un ritmo sensacional.

EXHAUSTOS TRAS LA CAZA López perdió rueda del grupo por culpa de un pinchazo pero los seis restantes fugados no arrojaron la toalla hasta las puertas de Zaragoza. La labor de caza de los escapados había sido tan dura que el pelotón principal quedó fraccionado y el equipo del líder sensiblemente tocado por el esfuerzo. El promedio de la etapa, 43,928 km/h, disputada en su mayor parte con viento y lluvia, lo dice todo. En el circuito de Via Univérsitas los gregarios de Petacchi dejaron hacer durante dos vueltas para encajar la rueda de su líder en la tercera sobre la buena trayectoria. El de La Spezia no tuvo rival en una meta que ya le ha visto entrar primero en tres ocasiones, pero fue escoltado una vez por Angel Edo. Con Strazzer fuera de circulación, pues se había retirado durante la etapa, Stefano Garzelli esculpió su sorprendente obra maestra con un único golpe de cincel.

Los aragoneses no tuvieron un buen día. Elías, agotado por el fortísimo ritmo de la jornada y una sobredosis de días de competición, optó por retirarse antes de la llegada final a Zaragoza. Sergio Pérez, que había marchado toda la carrera de manera impecable, quedó cortado en el segundo pelotón tras la caza de los fugados, y bajó varias posiciones en la general.