Es la cuarta vez consecutiva. Lewis Hamilton (Mercedes) bailó sobre las rapidísimas y enlazadas curvas del maravilloso circuito de Silverstone, con ese flow que le hace diferente y que tanto celebraron los más de 100.000 fans que le jalearon desde la grada. Fue un momento sublime. Sebastian Vettel (Ferrari) había sido más rápido en el primer intento, apenas 54 milésimas, pero Hamilton sacó un extra más del segundo sector, el más crítico, para imponerse por un puñado de milésimas. «Di todo lo que tenía, los Ferrari estaban tan cerca… estuve rezando para poder brindar esta pole a toda esta gente», confesó Hamilton.

«Todo ha estado muy apretado, pero me ha faltado algo. De cualquier forma tenemos una buena oportunidad en carrera», desveló Vettel, renqueante de una lesión en el cuello, que necesitó de continuas atenciones de su fisio, y sabedor de que las inusuales y altas temperaturas (cerca de los 30 grados) de este fin de semana en Silverstone, dan a Ferrari una ventaja extra sobre los Mercedes, un coche diseñado y construido para temperaturas más bajas.

En principio, la estrategia debería ser a una sola parada, pero como ya se vio en Austria, el calor puede obligar a una segunda que abriría el panorama de la estrategia. Kimi Raikkonen (Ferrari) y Valtteri Bottas (Mercedes) arrancarán desde la segunda fila y prometen una salida muy movida en el Gran Premio de Gran Bretaña.

Fernando Alonso (McLaren) no pudo pasar de nuevo de la Q-2, aunque el mérito es haber llegado a la segunda eliminatoria. Su compañero, Stoffel Vandoorme, se quedó en la Q-1 con un coche al que adjetivó de «inconducible». Peor le fueron las cosas a Carlos Sainz. «He tenido tráfico y he cometido un pequeño error en la vuelta», se disculpó el piloto de Renault para explicar por radio a su ingeniero la frustración de no pasar de la Q-1, algo que no sucedía desde hace 22 carreras.