La historia siempre se repite. El último partido de España antes de un gran torneo suele abrir un debate alrededor del equipo titular. Sucedió hace dos años, cuando la selección de Camacho sólo pudo derrotar al modesto Hyundai Horangi (0-1) días antes de empezar el Mundial de Corea, y se repitió el pasado sábado tras el 4-0 contra Andorra. Un partido en el que quedaron al descubierto dos graves carencias en el equipo titular que Iñaki Sáez debe corregir: la falta de profundidad de Etxeberria y la baja forma de Bravo. "He tomado nota de todo y he sacado conclusiones positivas", asegura Sáez.

Ahora le quedan cinco días para tomar decisiones. El seleccionador tiene claro su esquema, el 4-2-3-1, y el equipo titular. Casillas, Puyol, Marchena, Helguera, Raúl Bravo, Albelda, Baraja, Etxeberria, Raúl, Vicente y Morientes debutarán el próximo sábado en Faro. Sáez no cambiará de idea por mucho que haya comprobado que Raúl Bravo, central en el Madrid, tiene tendencia a desplazarse hacia el centro y apenas da relevos a su extremo, y que Etxeberria no desborda en el uno contra uno, abusa de la diagonal y no puede abastecer de centros a un nueve de un solo toque como es Morientes.

Sáez, por muy mala temporada que haya realizado el bético Joaquín, debe convencerse que la pareja Raúl-Morientes, su gran apuesta en ataque, necesita tener dos extremos rápidos y verticales para romper a la defensa rival, centrar y dejarles más espacios por el centro ya que ambos suelen intercambiar su posición. Y, atrás, está la opción de Capdevila. Un zurdo con más recorrido y recursos que Raúl Bravo.

Buen banquillo

Y, si algo falla, el banquillo está lleno de opciones. Y de garantías ofensivas. Valerón se entiende bien con Fernando Torres y Xavi y Xabi Alonso forman un doble pivote que garantiza control del balón y profundidad. Lo dicho: el último partido siempre invita al debate.