El francés Jonathan Hivert (Total Direct Energie) fue el vencedor de la segunda etapa de la 44ª Vuelta Aragón en la que el español Jesús Ezquerra (Burgos BH), al que le quedó un regusto amargo por no lograr el triunfo parcial, se convirtió en el nuevo líder de la carrera en detrimento del francés Justin Jules (Wallonie Bruxelles). Hivert fue el más rápido del grupo que disputó el esprint tras los 186,2 kilómetros de recorrido entre la localidad zaragozana de Sádaba y la oscense de Canfranc Estación con un tiempo de 4:48:53 horas a un promedio de 38,673 kilómetros por hora.

Tras Hivert se clasificaron Jesús Ezquerra y el ruso Evgeny Shalunov (Gazprom), con el líder Jules que llegó hasta los dos últimos kilómetros en el grupo delantero pero que no pudo resistir el ritmo final en las rampas que dan acceso a Canfranc Estación para defender su maillot amarillo. Al cántabro de Trejo pudo caerle una minutada mayor tras romper la cadena en la ascensión al segundo puerto de la etapa, el Monasterio Nuevo de San Juan de la Peña, pero su compañero Jetse Bol le dejó su bicicleta para continuar y, tras «mucho esfuerzo», según reconocía en meta, volver a meterse en el grupo delantero y así poder pelear por vestirse de amarillo. Pasó de las lágrimas de verse sin ninguna opción a la alegría, todavía incierta pero cercana, de tener al alcance de la mano la Vuelta a Aragón.

«Ha sido una pena no ganar porque lo necesitaba el equipo, los compañeros y yo mismo, aunque también sabe bueno haber cogido el liderato, que lo vamos a defender», afirmó Ezquerra tras vestirse con el rutilante amarillo. Por su parte, el vencedor de la segunda etapa, el francés Jonathan Hivert confesó que al comienzo del día tras la rápida salida desde Sádaba «no iba bien de piernas porque al principio se ha ido muy fuerte», pero el paso de los kilómetros le hizo cambiar de sensaciones.

La exigente ascensión al Monasterio Nuevo de San Juan de la Peña y el tramo de enlace con el puerto de Oroel, con 50 kilómetros por delante, fue el punto elegido por los aragoneses Jorge Arcas (Movistar) y Fernando Barceló (Euskadi Murias) para lanzarse por el revirado y técnico descenso en busca de hacer saltar la sorpresa.

Arcas y Barceló conocían palmo a palmo la bajada y apuraron en cada una de las curvas al límite porque sabían que era un terreno en el que de abrir hueco, la más mínima duda en el seno del grupo perseguidor podía suponer una ventaja inalcanzable. Su único problema fue que ninguno de los otros componentes del pelotón principal fuese capaz de soldarse a su rueda. «Ha sido una pena que solo estuviéramos dos delante porque sabíamos que allí se podía ir un pequeño grupo, pero luego con la carretera más abierta y ancha y con el aire no hemos podido hacer nada», comentó Barceló.

El aragonés calificó de «fracaso» la actuación que tuvieron en la primera etapa en la que ninguno de los componentes del equipo que en Aragón dirige Rubén Pérez se metió en el grupo de cabeza tras formarse los abanicos. «Llegué frustrado a meta porque fue culpa mía y no estuvimos donde teníamos que estar y hoy se trataba de darle la vuelta como hemos hecho», explicó en la línea de meta.