Todo evoca al 2003 en ese extraño y desconcertante viaje que ha emprendido el Barça hacia el pasado, derruido como quedó en Lisboa no hace aún ni cinco meses. El club, como sucedió hace ya más de 17 años, busca presidente (entonces ganó Laporta, uno de los grandes favoritos ahora para ocupar la silla vacía de Bartomeu), y el equipo retorna a la senda de la ineficacia ofensiva, con unas cifras goleadoras que le devuelven al punto de partida previo al inicio del círculo virtuoso.

Vive el Barça de Koeman huérfano de gol, supeditado, casi de forma exclusiva, a la puntería de Messi porque ha ido perdiendo en ese errático camino toda la pólvora que llegó a tener estos años. Es un problema de juego. Y es, además, un serio problema de gol en un equipo que solo tiene un delantero centro, el danés Martin Braithwaite, fichado no hace ni un año como remedio en el mercado invernal para tapar la lesión de Luis Suárez.

Vino del Leganés, equipo que ahora pelea en Segunda División por conseguir el ascenso que le devuelva a Primera, y es el único especialista puro que le queda a Koeman tras un verano ruinoso donde lo prioritario para el Barça era desprenderse de la ficha de Suárez, una de las más altas de la plantilla. Así cometió el club esa "locura", según explicó Messi a Jordi Évole, de regalar al uruguayo al Atlético. Se libró de una mochila económica, pero no dio solución alguna al déficit deportivo.

36 remates, dos goles

Y el nueve que lucía Suárez pasó a pertenecer a Braithwaite, que ha pasado incluso por delante de Griezmann. El equipo genera mucho, pero acierta poco. Basta ver los dos partidos ante rivales menores en la Liga. El Barça remató 20 veces ante el Eibar, siete de ellas a puerta, y solo marcó un gol, el de Dembélé.

Frente al Huesca, más de lo mismo. 16 tiros, cinco a la portería de un acertado Álvaro y solo un tanto, el de Frenkie de Jong, que dio la sufrida victoria. En los últimos 180 minutos, 36 remates necesitó el equipo azulgrana para lograr dos goles, que le han dado cuatro puntos.

Pero su registro actual (30 goles en 16 partidos) emparenta a Koeman con Rijkaard en otro curioso guiño del destino, unidos por los tiempos de penuria y escasez. Años de miseria. Tacaños con el gol.

Petición desoída

Entonces, Kluivert y Saviola eran la referencia ofensiva de un equipo que no empezó a crecer hasta la llegada de Etoo, un año más tarde. Ahora, Koeman ya alertó de la gravedad del problema que se venía encima. Pero la solución no llegó en verano. Ni tiene pinta que pueda darse este invierno porque el nuevo presidente solo tendrá una semana (será elegido el 24 y el mercado cierra el 31)para complacer al técnico, quien suspira por su compatriota Depay, del Lyon.

"No hace falta repetir lo que ya hemos dicho a principios de temporada de que nos falta alguien arriba para tener más competencia, tener más gol y más efectividad", recordó Koeman el pasado domingo en la sala de prensa del estadio del Alcoraz oscense. Lleva ahora Suárez los mismos goles (9) en la Liga que los que suman juntos Griezmann (3), Coutinho (2), Braithwaite (2) y Dembélé (2).

La gravedad del problema queda retratado cuando Ansu Fati, que sufrió una grave lesión de rodilla el pasado 7 de noviembre, es aún el segundo máximo goleador del Barça en la Liga, con cuatro tantos. Y hace casi dos meses que está en la enfermería. Ayer, el club informó de que el joven se sometió "a un tratamiento biológico regenerativo por parte del doctor Ramon Cugat". Cuánto añora Koeman a Ansu!