El Huesca debe demostrar este domingo (21.00 horas) en el Estadio de Vallecas si es un equipo para estar en lo más alto de la clasificación. Afronta un duelo de máxima exigencia ante el Rayo Vallecano, un enemigo llamado a luchar por el ascenso, que no ha conseguido obtener la regularidad necesaria que exige la categoría. El conjunto oscense sufre cuando no está al abrigo de su afición y solo ha obtenido 12 puntos lejos del Alcoraz hasta el momento. Los azulgranas intentarán revertir esta dinámica en el regreso de Míchel a Vallecas y comprar un boleto de aspirante al ascenso a Primera División.

El Rayo Vallecano no lo pondrá fácil. En el partido de ida, los madrileños mostraron mayor empaque y oficio para asaltar El Alcoraz con dos magníficos goles de José Ángel Pozo. La situación ha cambiado, los hombres de Paco Jémez se despeñaron en la clasificación fruto de la inestabilidad en los resultados y los oscenses se mostraron intratables en casa para paliar sus problemas fuera.

Este asunto preocupa mucho dentro del club altoaragonés. Los azulgranas son el quinto peor visitante de la categoría y no ganan fuera desde el mes de noviembre, pero esta no es la cuestión más importante. Lejos de El Alcoraz no se percibe el mismo equipo arrollador e intenso que desarbola a los equipos que ponen un pie en tierras oscenses. Aguerrido y a la vez dócil, intenso y al mismo momento indolente, los oscenses completan sus actuaciones con unos últimos minutos de infarto que hacen tambalear el resultado. Esta doble personalidad impide ver las posibilidades del equipo y cuál es realmente su ambición. Hoy tiene otra prueba más para dar un golpe encima de la mesa en Vallecas.

La nota destacable en este desplazamiento es el regreso de Míchel al barrio madrileño donde creció, se hizo jugador y más tarde ejercería como entrenador. Máximo goleador de la historia del Rayo, más de 350 partidos con la franjirroja y el ascenso como entrenador de la temporada 2017-2018. Santo, seña y emblema del club, ahora busca con el Huesca el ascenso a Primera División, donde ya entrenó al conjunto madrileño.

Con trayectorias opuestas y diez puestos de distancia en la clasificación, ambos equipos toman este partido como un punto clave en el calendario de esta campaña. El Huesca necesita la victoria para no perder distancia en la persecución por los puestos de ascenso directo. Los tropiezos de Almería y Cádiz brindan una oportunidad inmejorable para darles caza en la clasificación. Ambos equipos andaluces habían mostrado hasta ahora una imagen impoluta pero la dureza de la Liga Smartbank comienza a revelar las costuras de los equipos.

Por su parte el Rayo, con la segunda parte del partido ante el Albacete aún sin disputar, no quiere perder el tren de los playoffs ni caer en la pelea por salvar el descenso. El equipo madrileño se encuentra en tierra de nadie, perdió a Embarba, su jugador franquicia, en el mercado de invierno y Paco Jémez ha estado cuestionado en muchos momentos de la temporada. Esto les hace muy peligrosos porque su posición en la tabla no corresponde a la calidad de la plantilla y, tras cinco empates consecutivos, buscarán por fin una victoria que les devuelva la confianza.

Míchel Sánchez tiene a todos disponibles salvo Insua, Luisinho y Doukuré que se recuperan de sendas dolencias musculares y con la única duda de quién ocupará la punta de ataque. Mir regresa tras su sanción y Okazaki viene de anotar el primer gol de la victoria ante el Almería. Uno, otro o los dos son las opciones que baraja Míchel, al igual que podrían entrar en la medular Juan Carlos, Raba, Eugeni, Sergio Gómez o conceder los primeros minutos de Mboula. En el centro de la defensa, Josué Sá y Pulido intentarán parar las acometidas de Qasmi y Montiel. Donde no hay ningún tipo de duda es en el centro del campo. Mosquera es un fijo para Míchel y Mikel Rico es el hombre gol de los azulgranas con siete tantos sumados ya esta campaña. Con estos hombres irá Míchel al frente de Vallecas ante la oportunidad de demostrar quién es este equipo lejos de tierras aragonesas.