El Espanyol comenzó a armar el lío el sábado por la noche. Se impuso por 3-1 al Pupas , ese Atlético que languidece sin excusas aparentes cuando le aprieta la responsabilidad. Ayer domingo, como si fuera una operación de regreso a la esperanza, Mallorca, Albacete y Celta vencieron a domicilio, los dos primeros en duelos contra rivales directos, Valladolid y Racing, respectivamente. La derrota de la Real ante el Betis y empate del Real Zaragoza con el Sevilla se han sumado a esos resultados para provocar un atasco considerable, una congestión en la zona baja de la tabla que da forma a un campeonato aislado, como si se tratara de un torneo aparte. Se podría titular La Liga de la salvación y en ella, en las últimas cuatro jornadas, van a jugar, con una diferencia de cuatro puntos, Real Sociedad, Albacete, Real Zaragoza, Mallorca, Racing, Valladolid, Espanyol y Celta. El conjunto de Víctor muñoz sigue dependiendo de sí mismo, pero sale muy apurado de este fin de semana, algo pálido.

El conjunto aragonés necesita una victoria como mínimo para seguir en Primera. El objetivo no es imposible, ni mucho menos, pero habrá que comprobar hasta qué punto las urgencias y la inexperiencia en situaciones límite (como ante el Sevilla) no condicionan su juego, su respuesta. Los cuatro partidos que le restan serán contra adversarios que se juegan muchas cosas. Primero el Albacete. Sobran las palabras. Después un Osasuna con miras europeas, como el Atlético, al que hay que visitar en el Manzanares en el penúltimo compromiso. Y para cierre, el Bar§a en La Romareda. ¿A quién ganará el Zaragoza? Más le vale que a uno.