—¿Hay algo peor para un entrenador que no estar en la banda?

—Y más para uno como yo, al que le gusta estar conectado con el campo e intento vivir el partido como ellos. No poder hacerlo te hace sentirte cohibido y por momentos sentir que es injusto.

—Perderse el Bernabéu no debe ser un plato de buen gusto.

—Siempre es bonito jugar contra el Real Madrid. Pero en la situación en la que estamos no podemos pararnos a disfrutar de casi nada. Tenemos que preparar otro partido y me va a doler no estar, pero igual que con el Alavés, que era súper importante. Si me ponen muy arriba lo tendré que ver desde la tele. Pero el Madrid me pondrá en un buen sitio.

—No ayuda la nube en la que vive el madridismo desde la llegada de Zidane.

—Lógicamente. No es lo mismo enfrentarte ahora al Madrid que cuando lo hizo el Girona y ganó por 0-2 con las dudas que tenían. Cualquier cambio de entrenador genera esa efervescencia, pero con el Madrid y con Zidane, que viene de ganar esas tres Copas de Europa... es una de las mejores noticias para ellos y una de la peores para nosotros.

—¿Cómo se gana en Madrid?

—Teniendo preparado muy bien el partido. Venimos de una mala dinámica que nos ha castigado en la clasificación. Pero vamos a intentar salir vivos, tener un buen resultado y competir bien.

—Tras esas dos derrotas, pero con tantas ausencias… ¿Ha venido bien o mal el parón?

—Es positivo porque tenemos que recuperar a gente. Estos últimos quince días hicimos entrenamientos con doce efectivos. Es muy difícil competir así. Nos va a venir bien para recuperarlos y con la gente preparada.

—Y otra recuperación psicológica, tras verse tan cerca de la salida y ahora a siete puntos.

—Haremos lo mismo que desde hace dos meses, cuando estábamos a once. Es verdad que estas dos jornadas los rivales se han alejado porque el Villarreal ha sumado seis y el Valladolid, tres. Antes fuimos nosotros los que conseguimos esos resultados positivos en tres semanas consecutivas y nos metimos en la pelea. Ahora hay que intentar hacer lo mismo. Es complicado porque queda menos, pero tenemos que jugar todavía con el Villarreal, el Levante, el Rayo y el Celta, con equipos que aún tienen sus dudas. Si repetimos esos tres buenos resultados nos vamos a meter. Pero hay que sacar ese resultado positivo lo antes posible.

—¿Su trabajo en el Huesca está siendo más mental que táctico?

—Las posibilidades tácticas las hemos trabajado, pero casi nunca en el campo. En diciembre sabíamos que había jugadores que no iban a seguir en el club y eso hacía difícil entrenarlos bien. Cuando ha llegado el mercado y hemos acertado con las llegadas han sucedido muchas lesiones y sanciones que nos han impedido mantener ese nivel. En lo psicológico es fundamental mantenernos vivos, saber que si estamos aquí es por algo, porque estamos capacitados. Hemos competido en casi todos los partidos y eso nos tiene que hacer estar optimistas, pero también realistas. La entereza y la dedicación están, por toda esa gente que nos está animando a hacerlo, todo el club más la ciudad y la afición, que se merecen un respeto enorme. Por ellos vamos a seguir luchando y llegar a ese último mes de competición con opciones.

—En su plan, ¿en qué cree que se percibe mejor su impronta?

—En que el equipo siempre ha sido competitivo. Incluso en esas diez jornadas que estuvimos sin ganar se compitió, se daba una imagen fantástica del fútbol, se hablaba bien del Huesca. Eso es fundamental para hacer creer el mensaje. Cuando note que no cala voy a ser el primero en pensar que hay que cambiar, pero si siguen confiando en el trabajo, sé que estamos capacitados para conseguir el objetivo.

—Empezó muy agresivo y valiente. Ahora juega más recogido.

—Tuvimos que cambiar porque es verdad que en esos partidos teníamos mucha llegada, pero cualquier detalle mínimo, cualquier error, era gol. Arriba no estuvimos acertados y tuvimos que alterar la mentalidad, el componente defensivo, algunos jugadores… e intentamos alargar los partidos. En eso nos hemos volcado y creo que lo hemos conseguido hasta estas últimas dos jornadas.

—Se han visto varios esquemas hasta el actual 5-3-2.

—Hemos tenido que ir jugando un poco con todo. Al principio no teníamos casi delanteros. Hubo lesiones del Chimy, de Gallar, de Melero... y Longo no estaba en la mejor situación para competir. Al final no teníamos suficientes para jugar arriba y pasamos a cinco defensas. Entonces, pasó lo contrario. Es que ese es el gran trabajo que hemos tenido que ir haciendo semana a semana, ajustarnos a lo que teníamos, e incluso tuvimos que poner a Ferreiro, Yangel o Pulido en el lateral.

—Amoldarse a lo que había, a un plantel que no diseñó.

—Creo que tiene que ser así. Cuando tienes una pretemporada para trabajar es diferente, puedes construir tu equipo, pero al final somos los entrenadores los que nos tenemos que acoplar más a los jugadores. Además, nosotros hemos tenido más limitaciones de lo normal, con lesiones de larga duración. Pero no lo tomamos como una excusa, porque soy de los que digo que las cosas pasan porque tienen que pasar. Vamos a seguir trabajando con lo que tengamos precisamente por los compañeros que no pueden estar y por esta ciudad que está volcada.

—¿Está contento con los movimientos en invierno?

—Sobre todo en las salidas, porque había gente que no estaba aportando en la competitividad. Para fichar nos vimos obligados a esperar al final porque había otros equipos involucrados y se nos hizo larga la espera. Los que han venido eran los que estábamos todos seguros que podían rendir y estamos contentos.

—El Huesca es el equipo que más futbolistas ha utilizado. Además de Camacho, hay dos jugadores, Aguilera y Gallar, que han jugado poco.

—Cuando llegamos Juan ya no estaba jugando y además pasó dos meses lesionado. Y llegaron jugadores como Rivera o Yangel que han dado un nivel extraordinario. Álex tuvo una fractura en el pie y estuvo dos meses fuera, pero sabemos que de aquí al final va a colaborar para lograr el objetivo que perseguimos.

—La pregunta del millón. ¿Cómo se logrará la permanencia?

—La clave va a ser llegar vivos al último mes de competición. Después del Bernabéu hay una semana con tres partidos, ante el Celta y el Levante, que si somos capaces de sumar dos victorias nos vamos a enganchar. Es en lo que tenemos que centrarnos. No podemos pensar más allá. Estar juntos, recuperar a la gente y que podamos contar al menos con 16 jugadores en cada sesión. Llegar al último mes con la mayor de las fuerzas y sacar todo adelante. Va a ser difícil, pero no imposible.

—¿La irregularidad en el remate es el gran mal de este grupo?

—Nos ha pasado factura. El año pasado de cuatro ocasiones metían tres. Gallar, Cucho, Chimy o Melero hacían goles con mucha facilidad. Antes de llegar Enric, miraba la estadística y éramos uno de los equipos que más tiraba de Primera, pero no teníamos un delantero con goles. El Cucho tenía muchas ocasiones, pero no había conseguido materializarlas. Estamos súper contentos con él porque es un chico que está sufriendo como todos. Ha habido partidos que con menos opciones ganas, como en Girona, que el Chimy tiene dos y las mete. El fútbol en este sentido es imprevisible y la situación en la que estamos, con constantes cambios, hace que no tengamos esa confianza en el gol.

—Muchas ocasiones, pero malas. Precipitadas. ¿Ha sobrado egoísmo?

—Puede ser que esa ansiedad de querer ayudar encadene en una precipitación. Pero el año pasado ya se hablaba de estos detalles y, sin embargo, se hacían goles, de esa disputa entre Cucho y Chimy de querer hacer tantos, de querer ser el referente. Pero la única realidad es que no hemos hecho goles. Recuerdo el día del Villarreal que Melero falla un penalti y nunca lo había hecho. Este año han pasado esas cosas por las que estamos ahí.

—¿Las lesiones han sido un factor clave?

—Han sido un hándicap importante. La semana pasada y las anteriores hemos entrenado con doce. Hemos tenido muy mala suerte con los hombres de banda. Hemos tenido que inventar, poner a Ferreiro atrás, que lo ha hecho increíble... pero nos ha pasado factura. A Getafe fuimos con dos chicos del filial, con gente como Damián Musto que venía de no jugar, pero dimos la talla ante un rival extraordinario, que lucha por la Champions, y hasta el último minuto tuvimos opciones. Y con el Alavés pienso que merecimos más, pero se nos fue el partido en un saque de banda en el minuto 80 y ante eso no supimos reaccionar.

—¿Encuentra alguna razón en esta racha física o es simple mala suerte?

—Al final el estrés de estar todo el año en esta situación hace que esto suceda, se sufre. Otros equipos que han disfrutado de un año fantástico de resultados tienen a toda la plantilla disponible todas las semanas. Se añade que hemos tenido jugadores que llegaban de la inactividad, como era el caso de Insua o Akapo, que al final recaen. Nos ha pasado a nosotros, no son excusas, pero nos han hecho daño.

—El otro factor externo del que se ha hablado es el VAR. ¿Qué valor le da tras la queja del club?

—Al final los árbitros son personas que se pueden equivocar, aunque con el VAR deberían hacerlo menos. Pese a ello sabemos que va a haber fallos, algo que se está demostrando semana a semana, no solo con el Huesca. Es verdad que ha pasado con nosotros, no solo en Getafe, sino en más partidos. No vamos a mirar el pasado. No podemos pensar que los árbitros son los que nos van a salvar o descender.

—La entidad decidió que Gallego y Gallar no fueran al partido de ayer de Cataluña. ¿Qué opina?

—Estamos en una situación en la que los equipos como el Rayo, el Valladolid o nosotros nos estamos jugando todo. Y estamos entrenando con doce jugadores. Con eso no quiero decir que yo sea el culpable de que Enric o Álex no vayan a la selección catalana, creo que son cosas de club. Y a partir de ahí lo respetamos y lo acatamos. Si fuera en Navidad o en otro momento no habría problema o como sucede a otros clubs en una situación diferente, como la del Eibar, que está salvado. Se ha avisado con poco tiempo, ha sido muy precipitado y el club ha entendido que tendrá que ser para otra ocasión.

—¿Francisco será el entrenador del Huesca la próxima temporada, aunque se descienda?

—Lo que tenemos claro es que tengo contrato en el Huesca, porque además pienso que me voy a quedar en Primera y estoy compitiendo para eso. Si lo logramos, hay un contrato firmado y es lo que todos queremos. No pienso en otro futuro, pero si sucediese estaría encantado en el Huesca. Me han respetado y estoy agradecido. Así que la primera reunión que voy a tener será con el club. Ojalá pueda seguir, estoy súper a gusto y pienso que se está haciendo un proyecto de futuro.

—Incluso durante las derrotas el club mantuvo públicamente la intención de su continuidad pasase lo que pasase.

—Mi dedicación es la misma que la de otro empleado del club, porque todos somos personas que durante 24 horas estamos ilusionados y con ambición de poder ayudar, de sacar esto adelante y creo que eso es importante y valorado para un equipo tan humilde como el Huesca. Al sentirme valorado así, y si el equipo no consigue el objetivo, nos sentaremos para valorar el proyecto y ver qué puede pasar.

—Las renovaciones de Pulido o Ferreiro y el fichaje de Enric Gallego aseguran un bloque interesante tanto en Primera como en Segunda. Si ha participado en estas decisiones es porque se piensa que seguirá.

—Yo doy mi opinión de todo en lo que pueda beneficiar al club. Como ellos ven que yo quiero lo mejor para el colectivo todo es consensuado. Ese es el camino. Aunque yo tengo contrato para el año que viene en Primera, si no se consigue, habrá que sentarse y ver las posibilidades, como se ha hecho con David y Pulido.

—Si se baja habrá un grupo consolidado y potente en Segunda, algo atractivo para continuar.

—No solo por lo atractivo del proyecto deportivo, sino que este año está sirviendo para que haya un sentimiento aún mayor en la provincia, porque se ven muchos niños con la camiseta del Huesca y eso a mí me ilusiona especialmente. Eso va a estar ahí para años venideros. Además, se está creando una ciudad deportiva que puede quedar preciosa, hay una idea sólida de fútbol base. A cualquier entrenador le puede gustar estar aquí.

—Hay un mantra en El Alcoraz: ‘Si hubiera llegado antes Francisco estaríamos salvados’.

-- No sé. De lo que estoy convencido es que de haber llegado antes y no haber mediado tantos condicionantes en el día a día, el equipo hubiera dado mucho más. Pero no por mí, sino porque hay mucha gente preparada e ilusionada tirando del mismo carro. Y eso es lo más importante en un club modesto. Soy una persona que sabe trabajar en equipo y no voy a decir que si hubiera estado desde el principio estaríamos ahora salvados, pero sí que hubiéramos podido hacer más cosas para lograrlo.

—Pero... ¿hubiera construido otro tipo de plantilla?

—Es verdad que quizá hubiera habido perfiles que habría entendido que serían diferentes. Pienso que sí se firmó muy bien, que jugadores como Longo o Gürler eran muy buenos, pero no dieron el nivel que tenían que dar y eso pasó factura. Se ha hecho lo que se ha podido dentro de las posibilidades. Todos somos responsables de lo que ha pasado.