César Láinez dio el gran susto de la sesión cuando un resbalón de Martín Vellisca acabó con la bota del centrocampista madrileño sobre la rodilla izquierda del guardameta. El grito de dolor del portero asustó a todos y él mismo se temió que el golpe fuera similar al que sufrió en Copa ante el Alavés, pero acabó el entrenamiento sin problemas y a la salida no tenía la zona hinchada, señal inequívoca de que el golpe se quedó sólo en el susto y que podrá jugar sin problemas ante el Valencia. Hoy, el equipo se ejercitará a las 10.30 horas en la Ciudad Deportiva.