El problema con el gol es de doble sentido en el Real Zaragoza. Si arriba las ocasiones caen siempre a pies del que más falla, atrás se unen una defensa endeble y un portero con más fallos de los habituales, al que apenas se recuerdan ya paradas de mérito, desde luego ninguna que valga algún punto. En Gerona fue más de lo mismo. El primer tanto de Timor es un error en cadena de la defensa aragonesa que termina con un lanzamiento ni demasiado fuerte ni demasiado colocado pero que acaba en las mallas y el segundo, el de Ortuño que hunde definitivamente al Zaragoza en el minuto 84, nace de un balón rechazado en Leo Franco que rebota en la espalda de Álvaro, el meta intenta despejar de nuevo sin éxito junto a Laguardia y es el jugador del Girona el que acaba rematando, el balón y al equipo de Víctor Muñoz.

El argentino ha estado especialmente dubitativo y gris en las últimas salidas del equipo aragonés. En Soria encajó dos tantos en otras tantas salidas a medias en las que concedió demasiado espacio a sus rivales, aunque seguramente su encuentro más desafortunado fue el de Vitoria. En Mendizorroza se tragó un tanto de libre directo que entró por su palo, por el que había desprotegido al dar un paso hacia el centro de la portería y, de nuevo en el tramo final, encajó un gol de cabeza desde la frontal del área, un balón blando, bombeado, que le pilla en el sitio inadecuado. La sensación es que pudo hacer más, que ha podido hacer más en otros tantos goles, en otros tantos partidos.

También es cierto que la defensa le deja muchas veces a la intemperie, que cada balón colgado al área zaragocista es un drama y que ni siquiera la suerte le acompaña en determinados momentos. Ante el Deportivo, en La Romareda, los tres puntos volaron después de que Laure rematara al poste y el balón rebotara en la espalda de Leo Franco para colarse entre los tres palos y más de un remate final del contrario ha llegado tras rebotes o malos despejes de la zaga. Pero la cuestión es que el Zaragoza tiene un doble problema con el gol y que la lista de errores de Franco empieza a ser extensa.