Lo de Balonmano Almogávar ha sido llegar y besar el santo. En menos de un año desde su creación, esta cantera zaragozana ha metido a sus dos equipos de infantil femenino y de cadete masculino en la final del Campeonato de Aragón escolar que se celebra en el pabellón de Valdefierro el próximo 29 de abril. No se podía esperar más de este club que dirige Julián Oriol y cuyo coordinador deportivo es Amadeo Sorli, santo y seña del balonmano aragonés en la Liga Asobal durante muchos años.

Amadeo Sorli dejó el año pasado el balonmano en activo. Ahora es instructor de pilates, entrena a un equipo de niños en Moliére y disputa carreras populares. El exjugador está orgulloso de la clasificación para la final escolar. «Este año no teníamos un objetivo de resultados en escolares. Las ganas y la ilusión que tienen los chicos se refleja en un premio de jugar la final y también para el club en general. Será una jornada bonita. No tenemos la suerte de jugar en un solo pabellón, nos podemos juntar todos y en Valdefierro lo disfrutaremos el doble», indica Sorli.

Almogávar heredó la estructura del Balonmano Aragón cuando esta entidad desapareció después de muchos años entre los mejores equipos de España. «Se ha intentado darle continuidad a los equipos. Está claro que hubieran seguido aunque nosotros no estuviéramos. Pero hemos conseguido que sigan juntos y nos ha dado fuerza ver que la gente ha respondido, tanto padres, delegados, entrenadores y los propios chicos», dice Amadeo Sorli.

Ahora cuenta con 160 jugadores encuadrados en diez equipos desde la categoría infantil y una escuela en la que se trabaja en los colegios de Eugenio López, Zalfonada, Catalina de Aragón, Tomás Alvira y Moliére. Estos niños tienen desde los seis años hasta los once. «La idea es ir creciendo. Con las escuelas se hizo anteriormente un trabajo muy bueno e importante y tenemos que darle un empujón porque son el futuro de la cantera del Balonmano Almogávar. Tenemos algún proyecto en mente como un campus en el verano y aumentar el número de colegios, para que ya compitan en la categoría benjamín», explica Amadeo Sorli.

Los niños de las escuelas se entrenan un par de días a la semana, una hora cada día. «Hacemos partidos internos. En diciembre hicimos el encuentro de las escuelas de Almogávar. Hicimos dos campos de mini balonmano y se juntaron todos los colegios. Se inculcan el juego y los valores, pero ya les gusta competir», dice Sorli.

En las escuelas ya se les intentan meter a los niños el gusanillo por el mundo del balonmano. «Más que entrenadores somos educadores. En infantiles y cadetes prima la formación de los chavales y cuando pasan a juvenil entra el papel más competitivo», explica.

Fue Agustín Fuentes, un referente en el balonmano de Zaragoza, el que tuvo la idea de bautizar al nuevo club como Almogávar. Estos eran unas tropas aragonesas en la Edad Media que estuvieron al servicio de la Corona de Aragón que luchaban en la frontera musulmana. «En un principio no nos llamó mucho este nombre. Pero cuando contó Fuentes la historia de los almogávares, nos sentimos identificados y hemos acertado», explica Amadeo Sorli.

El objetivo de este año será tener un equipo sénior en la Segunda Nacional A y contar con otro equipo en territorial. «También hacer un programa de escuelas y aumentar las licencias femeninas. Este año la novedad es que tuvimos un equipo juvenil femenino y lo han hecho estupendamente». También se quiere hacer un trabajo de tecnificación. «Contamos con varios entrenadores con el título nacional y técnicos jóvenes que llevan a los niños más pequeños. Cuanto más preparados estemos, mejor nos irá a todos», apunta Amadeo Sorli.