El Deportivo nunca ha ganado una eliminatoria de la Champions y, esta vez, ha hecho la mitad del trabajo. Un gol de Albert Luque alimenta las ilusiones del once gallego (1-0) para superar la primera dentro de 15 días, cuando devuelva la visita a la Juventus. Jugando como ayer lo hizo, con una concentración y un orden defensivo extraordinario, lo conseguirá, aunque tampoco puede esperarse que el actual campeón de Italia muestre una imagen tan pobre como la que exhibió anoche en Riazor. Después de ganar en Valencia, al Bar§a le tocará medirse el domingo con un enemigo de primera división europea que, además, está en forma.

SOLO UN ACIERTO Comportándose con el oficio de los grandes equipos, el Deportivo nunca perdió la cabeza ante una Juventus que quiso jugar a lo de siempre, al frontón. Los gallegos ya saben cómo manejarse por Europa y ante rivales de las características del italiano: se enfrentaban a ellos por tercera temporada consecutiva. La clave reside en mantener la calma en todo momento, jugar sin precipitarse a la espera de una oportunidad para marcar y evitar concesiones en el área propia.

El Depor, a diferencia de la Juve, supo aprovechar una de las escasas ocasiones de gol que se presentan en este tipo de partidos. Es el único pero a su actuación, que sólo aprovechara una. Tristán desperdició la primera (m. 4) cuando Valerón le dejó solo ante Buffon. Luque, en cambio, estuvo más atento en un mal rechace de Thuram, empalmando un gran disparo cruzado que se coló en la red (m. 37). Víctor remató fuera la tercera, poco después del descanso, y Buffon evitó otro gol en un disparo del deportivista que rebotó en un defensa italiano.

En medio de una gran actuación como colectivo, emergió la figura de Juan Carlos Valerón. El mediapunta canario estuvo excelso moviendo al equipo, tirando pases, iniciando contrataques. La Juventus le dejó libre, o así lo pareció porn la desenvoltura y tranquilidad con que jugó el blanquiazul, que no es un dechado de velocidad, precisamente. Lúcido, protegido por detrás (Sergio y Mauro Silva) y bien acompañado en las bandas (Víctor y Luque), Valerón impulsó el juego del Deportivo y asustó a la Juventus.

LOS ITALIANOS, CONFORMES Viendo que en cualquier momento podía encajar un gol, la Juve mantuvo medio equipo atrás. Sus ataques acabaron siendo anecdóticos. Después de una gran ocasión de Del Piero en la primera mitad, tras el descanso sólo remataron de falta --un cabezazo de Conte que salió fuera--, y una escapada de Miccoli, sustituto de Trezeguet (lesionado en el hombro derecho), que desbarataron Molina y Andrade. A falta de un cuarto de hora parecieron conformarse con la derrota mínima pensando en poder remontar la eliminatoria en Turín.

Valerón disfrutó de todas las circunstancias necesarias que permiten brillar a un futbolista. Todo lo contrario que Pavel Nedved. El checo empezó entusiasmado y acabó arrojando la toalla. Corrió sin desmayo, ya fuera para mantener a raya a los dos pivotes blanquiazules, o para desmarcarse por las bandas; se ofreció lanzándose para parar cualquier disparo del Depor y reclamando balones a sus compañeros. Pero nada. Entre que Tacchinardi los perdía casi todos, que Appiah sólo miraba hacia atrás y que Del Piero deambuló como si fuera un espectro vestido de negro, Nedved se despidió del duelo hasta que le toque reaparecer en Turín.