Zinedine Zidane se señala la cabeza tras el varapalo en Copa para decir que la derrota en Sevilla aún da vueltas en la mente de los jugadores. Y es que tres días después del encuentro de Liga en el Sánchez Pizjuán, el Madrid regresa a las tinieblas tras el batacazo ante el Celta. Dos derrotas, las mismas que en todo el 2016, ponen al conjunto blanco a las puertas de una dinámica peligrosa y con Ronaldo como centro debuena parte de las críticas.

En plena desbandada general, el jardín de Zidane, sostenido muchas veces de manera artificial, se ha marchitado. «Pasa algo y tengo que arreglarlo», sostiene el entrenador del Madrid, que tras la cita del miércoles volvió a barajar los mismos errores: falta de intensidad y mala entrada en el partido. Zidane había intentado que no pasara lo mismo que en el 2014, cuando tras el Mundial de clubs el equipo se desplomó después de sumar 22 victorias consecutivas, con Ancelotti en el banquillo. La racha acabó tras la derrota en Valencia (2-1) un 4 de enero. Ahora, después del plan especial del técnico francés para meter caña al equipo tras el Mundial y las vacaciones, ha pasado lo mismo 11 días después, un 15 de enero (2-1 en Sevilla).

El Madrid se preparó físicamente, pero fracasó en el plano psicológico porque tres días después de caer en Sevilla aún vivía la pesadilla del gol Jovetic el domingo en el tiempo añadido. Ante el Celta salió noqueado y la culpa ya no era de Keylor Navas, que no estuvo acertado ante el Sevilla. Ahora se mira más arriba y allí aparece Cristiano Ronaldo, una sombra ante el Celta.

Algunas informaciones hablan de que esa corriente crítica hacia CR7 ha calado en el vestuario. Desde el Chiringuito se llegó a apuntar que algunos compañeros del astro portugués deslizaban que ahora mismo el equipo juega con uno menos. Ronaldo lleva 18 goles en 22 partidos (0,81 de media), unos números que solo fueron inferiores en la primera temporada del portugués en el Madrid, con 13 goles en 17 encuentros (0,76 de media).