Después de innumerables vicisitudes, la sobredosis de Clásicos contra el Barcelona le llega al Madrid en el mejor momento de la temporada. El equipo de Solari acumula los mejores números y las mejores sensaciones del curso, todo en una semana en la que se ha vaciado la enfermería, pero en la que esperan Barça, Atlético y Ajax a domicilio para intentar enterrar a paladas la euforia que embriaga al madridismo. Como un náufrago en una isla desierta que encuentra un manantial de agua fresca, Solari siente la confianza del que ha resuelto los problemas más vitales del Madrid, pero los desafíos no se detienen ahí.

El sorteo de Copa ha deparado una semana de exigentes pruebas para el proyecto de Solari, con visitas al Camp Nou y al Wanda Metropolitano en cuatro días, antes de la ida de octavos de final de la Liga de Campeones, una piedra de toque que puede asentar al Madrid o desmoronar la endeble estructura construida para soportar tanta exigencia.Demasiado pronto para un Madrid que, pese al optimismo que rodea todo el entorno, con apariciones fugaces de la palabra triplete en las ruedas de prensa, puede verse fuera de toda pelea en el mes de marzo.

El Madrid ha encontrado la solidez colectiva necesaria para aupar a Benzema al escalafón de estrella magnánima, y con él la confianza del madridismo. El francés acapara más focos y elogios que nunca. Con un once inicial bastante definido y con buenas noticias, desde Llorente hasta Benzema, pasando por Vinicius, el siguiente reto es recuperar para la causa a los lesionados durante los últimos buenos partidos sin trastocar por el camino nada de lo bueno construido, sobre todo en ataque.

El primer nuevo problema para Solari es mañana, en el Bernabéu ante el Alavés (20.45 horas), con la intención de empezar a descubrir sus cartas. Con las tres visitas más exigentes de lo que va de temporada en el horizonte.